Capítulo TREINTA Y DOS

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Como bien había dicho Tomaž, no les importó nada el gran silencio al mencionarlas la voz del estadio

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Como bien había dicho Tomaž, no les importó nada el gran silencio al mencionarlas la voz del estadio. Debo admitir que un escalofrío recorrió por todo el cuerpo al oír los aplausos después del tan incómodo momento. Esos ojos celestes a los lejos se encuentran con los míos y le sonrío, desviando la mirada en mi sobrino para que no llame la atención a Jürgen. Lo que sí siento es la mirada de Tomaž y hasta puedo decir que sonríe al ver que me hago el desentendido.

El transcurso del juego ha pasado sin sobresaltos, solo que ahora es cuando le doy cuenta que es la gran final y el anuncio de la finalización inunda mis oídos. El equipo sale a la cancha eufóricas por el campeonato obtenido. Después de unos minutos, Yvonne salta los escalones de dos en dos hasta llegar a nosotros y me quita a Radovan sin decir nada. Observo como sus compañeras se acercan a ella y acarician a mi sobrino.

- No creí que fuesen tan cercanos...- susurra Jürgen y lo miro frunciendo el ceño... Creo que lo hace a propósito.

- Storstrand es madrina de mi sobrino, creo habértelo dicho.- es lo único que le digo para volver a observar como el niño es el centro de atención de todas las mujeres.

Siento la vibración de mi celular en el bolsillo. Lo tomo pensando en que mi hermano y su prometida me llaman por lo de Yvonne y su hijo, pero el nombre de Vikentije quita todo rastro de felicidad. Le digo a Tomaž que me acompañe y caminamos a un lugar relativamente lejano al barullo.

- ¡Vikentije!- hablo después de descolgar la llamada- ¿Qué noticias me tienes amigo?

- He pasado el día buscando tu información...- lo pongo en alta voz para que mi amigo también escuche- Te sorprenderás de donde llega esa bomba.

- ¡Dilo ya hombre!- Tomaž me mira sin entender, es cuando comprendo que hablamos en serbio.

- Hamburgo. La noticia viene de allí y de una gran fuente.- esto no puede ser verdad...- No solo eso, tú estás en el ojo de la tormenta. Hay fotos que apareces con Britt Montanes en una cena y eso puede que Phillip no le gustara como queda él ante la prensa.

- ¡Es el único que lo sabía! ¡No podía salir por otra fuente!- mi mano libre se transforma en puño... ¡Hijo de puta! Por la expresión de mi acompañante, creo que lo entendió.

Termino con la llamada con infinidades de sensaciones al tener el presentimiento que fue el mismo Phillip Schnitzler hizo todo esto por despecho. El sonido del teléfono me quita de mis pensamientos. Es un mensaje de Vikentije con la captura de una imagen donde se nos ve a Britt y a mí conversando durante la cena. No le veo nada de malo a esa foto... No hay manos unidas o algo parecido, solo una simple conversación en la que me veo riendo con el tenedor en la boca. Se lo muestro a Tomaž y él se ve sorprendido. No soy el único que sigue los pasos de la persona que le interesa y se lo hago saber, solo que se encoge de hombro y se ríe conmigo.

Mis manos se aferran al volante, esperando el momento de entrar al hotel. Nos ubicamos específicamente en el estacionamiento del mismo... Es en plural porque Tomaž quiere estar para Yvonne y me parece muy bien que lo haga. Me sorprende que tan amigo se han hecho, aunque las intenciones de mi amigo claramente son otras. Y ahora ninguno de los dos sabemos como enfrentar esta realidad que les toca a Yvonne y Britt, como se lo tomarán de donde llegó esta noticia... Aún sigo preguntándome de donde pudo salir la persona que tuvo las agallas de irrumpir la privacidad. ¿Será que la está haciendo seguir? Hay infinidades de preguntas y ninguna me lleva a una respuesta. Nunca ha sido fácil enfrentar mis problemas, no quiero imaginarme como será estar en sus zapatos.

- Marko, se hace de noche y llevamos mucho tiempo aquí.- Tomaž rompe el silencio y asiento sin mirarlo-Sé que es difícil todo esto, pero tienen que saberlo amigo.

- ¿Sabes la reacción que tendría Britt de nombrar Hamburgo y noticia en la misma oración? ¡Estamos hablando de su propio prometido!- suspiro frustrado y lo miro- Ni yo se lo perdonaría a la persona que me traicionara de esta manera...

Mi acompañante es el primero que toma la iniciativa de descender del vehículo y no me queda otra que seguir sus pasos. Cuando se encamina hacia la entrada principal del hotel, lo tomo de su codo para empujarlo al que estoy acostumbrado: la auxiliar. Puedo sentir como perfora mi cabeza con su mirada, eso si que no se lo esperaba. Una vez adentro abre la boca y me espero esa lluvia de preguntas, pero no quiero perder tiempo si la recepcionista llegue a ver este lado del lugar y piense colgarse de mi cuello. Una vez frente al ascensor, toco el botón hasta que se abre y lo empujo de nuevo. Cuando la misma se cierra, la mirada de la mujer está en nuestra dirección y suelto el aire que retenía en mis pulmones.

- No preguntes.- niego con la cabeza y aprieto el botón del piso donde se hospeda el equipo- Solo puedo decir que la recepcionista no me cae bien...- él solo asiente y se ríe.

Llegamos al piso y los gritos es lo que más se escucha en este lugar. Con Tomaž nos miramos divertidos, porque la que sobrepasa a las demás es el grito de Yvonne... ¡Sí que tiene pulmones! Caminamos hacia donde proviene el gran alboroto, topándome con las mujeres del equipo entre copas de no sé que bebida y Britt es quien trata de quitar esas copas en vano. Sus ojos celestes se encuentran con los mios y me sonríe. Juro que no sé donde esconderme en este momento, mi cuerpo es muy traicionero y mi amigo de allí abajo reacciona ante tal reacción. Se acerca a nosotros, o más bien a mí rodeándome con sus brazos y no puedo evitar que mis manos se aferren a sus mejillas como así también unir mis labios a los suyos.

- Tenemos noticias.- salen esas palabras de mi boca y ella se tensa- Espero que Yvonne esté en sus cinco sentidos porque ella tiene que saberlo.- observo como su expresión ha cambiado y entra a la habitación para buscar a su amiga y nos guían a otra más alejada.

- Bien.- dice Britt una vez que cierra la puerta y se gira hacia nosotros- ¿Qué es lo que haz conseguido?- miro a Tomaž... Es que ni siquiera sé como decírselo sin ser tan brusco.

- Te lo diré de esta manera porque no hay otra.- cierro los ojos y suspiro- La fuente viene de Hamburgo, lo que se publica aquí no es nada en comparación a otros medios alemanes...- no quiero ver esa expresión en su rostro, por lo que busco el enlace que me envió Vikentije y se lo muestro- No sabes cuanto lamento hacerte pasar por esto...

- No tienes porqué.- niega pero es difícil observar que decore una sonrisa en sus labios... Creí que se lo iba a tomar a mal- Si la noticia viene del propio Phillip, pondré un punto final en la relación.- su expresión cambia a enojo y sus manos se transforman en puños, como si recién cayera en la cuenta- ¡Toda está semana me estuvo siguiendo un investigador privado! Yvonne, tú me veías como a una loca cuando sentía que alguien me seguía...

- ¡Vaya! Eso si que es caer muy bajo.- dice Tomaž abrazando a una Yvonne pensativa mientras él juega con su cabello.

- Se ve que no me conoce bien.- sus ojos se encuentran con los míos de nuevo y un estremecimiento recorre mi cuerpo al desconocer esa mirada en ella- Tengo que viajar a Hamburgo a enfrentarlo.

- Bien, yo te acompañaré.- ella abre los ojos y me encojo de hombros- Si alguien debe darle su merecido, ese soy yo.

El muy bastardo tiene que aprender que a las mujeres se las respeta y mucho más si es en su privacidad. No es que nos mostráramos en público como para que él quedara como un tipo engañado por su prometida, aunque ese título ya le queda menos tiempo de validez. De solo pensar que le recrimine su falta de atención a la pareja me pone de los nervios... Si, ya he pasado por eso antes y es que en aquel entonces, le daba más prioridad a mi carrera que a mi vida privada.

Lo bueno es que no se opuso a que la escoltara hasta Hamburgo, ya de paso puedo hacer otro viaje para visitar a mis queridos amigos que los olvidé por completo.

Me despido de Yvonne con un fuerte abrazo, prometiéndole que Phillip no saldrá ileso por querer arruinar sus carreras y dar a luz ese pasado que ellas mismas se negaron mostrar en público. Y uno mis labios a los de Britt, con la promesa de que me avise cuando piensa ir a Hamburgo... No es lo conveniente presentarnos en estos días, solo esperar como transcurre con los días esta noticia y si llega a ser peor, no hay mejor forma que frenar esto tenerlo de frente y romperle ese rostro que parece cuidarlo con productos humectantes.

Como te pueden cambiar la vida de un día para otro... Y en mi caso, para bien.

Mi Destino, tu CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora