Capítulo DIECIOCHO

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- Te aseguro que ya estás extrañando a tu bella dama

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- Te aseguro que ya estás extrañando a tu bella dama.- dice Dragan cuando cierro la puerta de la casa- Estas dos semanas van a ser insoportable verte irritado...- y así es como un hombre de familia recibe a su hermano, comportándose como un niño.

- Buen día para tí también.- le respondo poniendo los ojos en blanco y suspiro- ¡Buen día Radojka!- grito, porque sé que ella está en la cocina preparando el desayuno.

- ¡Buen día querido!- la escucho cerca y la mirada se dirige a la entrada de la cocina- Britt me avisó que ya llegaron a Budapest.- está de brazos cruzados y me sonríe- Solo tienes que concentrarte en tu recuperación hasta que el equipo venga a la ciudad.

- Tal vez nos sorprendas jugando antes de tiempo.- le sigue mi hermano y lo observo encogerse de hombros- Será mejor que te prepares, los estudios no se van a hacer solos.- golpea mi espalda y subo hacia mí habitación.

Hago mi segundo cambio de vestimenta, solo que esta vez me cubre el equipo y las zapatillas deportivas. Bajo a la cocina y el desayuno está preparado. Primero me acerco a mi sobrino, lo envuelvo en mis brazos y beso esas gordas mejillas. Estoy embelesado por mi sobrino, lo que me hace recordar las fotos en el teléfono de Britt y sonrío. Tengo que pedirle una, quiero encuadrar una en mi habitación y otro en la sala.

Cuando despierto de mis pensamientos, Dragan está con su bolso al hombro y besa a su novia sin importar que esté yo ni su hijo en medio de ellos. A pesar de insistir en buscar trabajo, le impedí para que se concentre de lleno con los entrenamientos. Con los ahorros tengo para mantenernos por unos años. No me molesta darle uso si no tengo en que gastar. Con tal de tener la única familia que está conmigo después de tanto tiempo, haré lo que sea... Puede que con el tiempo termine viviendo de este deporte. Pongo los ojos en blanco cuando me despeina antes de escuchar la puerta abrirse para luego cerrarse. Mi cuñada se ríe mientras que Radovan le festeja.

- Si quieres, te acompañamos.- frunzo el ceño al ofrecerse- Es lo mínimo que puedo hacer por tí Marko. Nos das un techo y comida sin nada a cambio.

- Solo no quiero que se alejen.- suspiro desviando la mirada hacia mi sobrino- Ya bastante tiempo pasé sin ver a mis hermanos, ahora no pienso alejar a Dragan.

- Pero tenías a Hannah...

- No es lo mismo.- le interrumpo negando con la cabeza- Hannah ya estaba haciendo su propia vida cuando Lex se presentó aquí sin avisarme y la conoció. Ella lo empezó a seguir, a pesar de que la tuviera al tanto que era un mujeriego.

- Quien lo iba a decir, ¿No?- me río y asiento- Esa colorada hizo un buen trabajo.

- No ha sido nada fácil.- recordar las infinidades de veces que pasé consolándola porque Lex llegaba en plena madrugada pidiéndole su perdón por esconderse en otras piernas, era algo que no soportaba- Llegó un día en la que dejó de soportar sus engaños y se alejó. En ese momento, se había enterado de la existencia del pequeño Lex. Pasó meses sin verla, lo tenía amenazado para que no viniera.

Mi Destino, tu CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora