Capítulo VEINTICUATRO

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La calma vuelve a mí cuando mis ojos se encuentran con los de ella

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La calma vuelve a mí cuando mis ojos se encuentran con los de ella. Ignoro las miradas cómplices de sus compañeras como así también de Yvonne, pero la de ella muestra sorpresa. Cuando un hombre de mediana edad que parece ser su entrenador llega a mí, saluda bastante efusivo estrechando mi mano. Parpadeo un par de veces, tratando de entender algo de lo que me dice... No deja de hablar y por ende no le contesto, hasta me pregunto si este hombre respira. Como si estuviera al tanto del porqué me acerqué hasta aquí, me pide que lleve a Britt al hotel no muy tarde o que la acerque a primera hora de la mañana... ¿Es que entendí bien lo que dijo?

- Siempre es un placer verte mi querido Marko.- dirijo la mirada a Yvonne, que está frente a mí y las demás mujeres me saludan con sus manos sonrientes- ¿Has venido a buscarme cariño?- me guiña un ojo y no doy más, estallo en risa.

- Tienes que ir a casa más seguido, con Dragan es bastante aburrido bromear entre nosotros.- sus brazos rodean la parte media de mi espalda y me río aún más cuando me mueve de un lado a otro- ¡Oye! No soy un oso de peluche.

- ¿Y quién no se fascinaría con alguien demasiado alto como tú como peluche?- me alejo un poco de ella y frunzo el ceño, pero lo dice en serio.

- ¿Una dama de baja estatura como tú?- pregunto levantando las cejas y se ríe soltándome de su abrazo, aunque no lo es.

- ¡Solo soy un centímetro más alta que Britt!- se cruza de brazos haciéndose la ofendida- Espero tengas muchas ideas, de caso contrario no llegaremos a nada.- susurra y asiento, sabiendo a lo que se refiere- Lo siento, por lo del partido de hoy.- le sonrío y se retira.

- Yo también lo siento Mark.- mi corazón da un vuelco al escuchar su voz y giro mi cabeza para mirarla- Me tenías preocupada porque no me contestabas...

- Discúlpame, ¿Si? No fue mi intención.- le interrumpo acercándome a ella- Es mi culpa que el equipo perdiera. Mi lesión se produjo de la manera más estúpida.- niego con la cabeza y la guío hacia el estacionamiento- ¡Lo peor es que él hace mejor trabajo que yo! Es un aviso de que estoy pronto a retirarme.

- ¿No has pensado en dejar tu legado en buenas manos?- freno en seco para pensar en que contestarle. Es que no pienso hacerlo, todos somos diferentes y nuestra manera de desenvolvernos dentro de la cancha es muy diferente.

- No es lo mismo. Él es de ataque y yo soy el que sale a correr a buscar un balón perdido... Es imposible.- hablar de eso otra vez arruina mi buen humor.

Una vez que llegamos a mi vehículo, quito la alarma y abro la puerta del acompañante. Me sonríe cuando termina de acomodarse y cierro dando la vuelta hasta llegar al lado del conductor. Lo pongo en marcha y no sé donde llevarla a esta hora. No desvío mis ojos del camino, pensando donde ir sin que nadie pueda molestar...

- ¿Te molestó mi comentario?- giro para encontrarme con su mirada y frunzo el ceño sin saber a lo que se refiere- El de dejar tu legado a Jürgen...

Mi Destino, tu CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora