Capítulo TREINTA Y SEIS

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Este día no puede ser mejor

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Este día no puede ser mejor. Su rostro frustrado al ver como besaba a Britt fue una gran satisfacción. Mostró que sólo era un interesado y no un enamorado, cuando tiene hombres rendidos a sus pies. Como la amabilidad está en mí, tomo su teléfono que estaba es su mano y le pido a ella que nos saque una foto. Después de esto ya no seré de su agrado, eso no me importa en lo más mínimo. Puede tildarme como el roba prometida, pero nunca va a saber como se siente cuando te dejan clavado en el altar... Le hice un gran favor y yo estoy a un paso de conseguir mi felicidad. No sé que ocurrirá luego de este momento que hubo entre ellos, solo quedaré a su disposición y no dejarla sola.

Cuando despierto de mis pensamientos, Britt está a mi lado con una gran sonrisa en sus labios y yo no hago más que hacer lo mismo. Estaba tan perdido en mis pensamientos que me podrían secuestrarme tranquilamente y yo no estaría en mis siete sentidos. Su bolso está a mi hombro derecho y mi mano del mismo lado en mi valija mientras que el izquierdo se aferra de su mano, por lo que lo llevo a mis labios y beso sus nudillos. Se ruboriza y mi sonrisa no deja de mostrarse ante lo que le provoco... La erección tampoco se hace esperar entre mis piernas. Trato de esconder lo mejor posible, no quiero que tenga la idea de que solo me aprovecho de ella. Las puertas se abren y los que están esperando delante del ascensor nos observan. Ignoro todas esas miradas y empujo a Britt antes de nos acorralen y terminen pidiéndonos fotos. Una vez fuera, una mujer que pasa los cuarenta años desciende de un taxi y corro para que no cierre la puerta. Tampoco me sorprende su rostro al reconocernos y también la ignoro.

- Tú decides, ¿Dónde iremos ahora?- su rostro pensativo es algo digno de admirar... Se lo toma muy en serio- Si quieres, volvemos a casa...

- Podemos hacer una visita sorpresa a tu amiga...- abro los ojos sorprendido y ella se encoge de hombros- Llevas tiempo sin hablarme de ella y de tu sobrino...

- ¿En serio quieres ir a Frankfurt?- ella asiente con una sonrisa en respuesta y le digo al taxista que nos lleve hasta el aeropuerto.

Me alegra saber que no se encierra a sí misma por la relación frustrada con ese niño alemán, quien pienso que la ha engañado cantidad de veces... ¿Cómo es que lo puedo decir sin saber si es verdad? ¡Vamos! Se le nota en el rostro lo interesado que estaba, como muchos otros que siguen sus pasos. Britt no es una mujer de una noche, tampoco es una que se pueda olvidar fácilmente... Tendrá el título que tendrá, pero tiene corazón y pronto será mío. Espero que no tenga más impedimento para enamorarla de mí.

- Britt, ¿Cómo te sientes?- de tanto pensar en ella y su estado de ánimo, no fui capaz de preguntarle a ella... Hasta ahora- Sé que no soy nadie para entrometerme, solo quería decir que has hecho bien en dejarlo.- rodeo mi brazo en sus hombros y ella me mira frunciendo el ceño, sintiéndome intimidado- Digo, él no puede hacer de las suyas cuando no están juntos. ¡Nadie en su sano juicio engañaría a su pareja si estás enamorado!- su expresión se suaviza y veo como se ruboriza.

- Respecto a tu pregunta, creo que me saqué un gran peso de encima.- su cabeza se acomoda en mi hombro y no puedo evitar sonreír- Yvonne siempre me pregunta que vi de Phillip, y la verdad es que me pregunto lo mismo. Hubo un tiempo que iban a publicar los medios sobre mi pasado...- suspira y toma mi mano libre con los suyos, jugando con mis dedos- No me avergüenzo de vivir la mayor parte de mi vida en un orfanato, me arrebataron a mis padres y es lo que el destino quiso. Solo que esa información cayeron en manos equivocadas y ahora no hace más que vernos a mi amiga y a mí con lástima, cosa que nosotras no lo necesitamos.- levanta su cabeza en mi dirección y unas lágrimas rodean sus mejillas- Al menos el enojo viene conmigo, pero sería peor si ronda la noticia de que Yvonne y su hermana nunca supieron de la existencia de sus padres.

El resto del viaje lo pasamos en silencio. Mi mente no deja de pensar en como este par de mujeres sean tan buenas personas cuando en su infancia sufrieron las ausencias de sus primogénitos... Yo las admiro porque es algo que a nadie le gustaría pasar. Por lo que me dio a entender es que no tuvieron una infancia difícil, pero si llevan el peso de no tener a sus padres. Aún sigo pensando en ese primer viaje que se hospedaron en mi casa, que Yvonne le decía que nos une el mismo pasado... Prefiero quitar eso de mi mente y pensar en el presente. En ese presente que ella puede estar si me lo permite, y también si lo hace por sí misma.

Esta vez el viaje a Frankfurt fue mucho más corto y más tranquilo que el de Budapest a Hamburgo. Me puedo desenvolver sin el pretexto de que tiene un novio, o un prometido en este caso. Quiero decirle cuales son mis intenciones hacia ella y esperaré si es necesario. Mi brazo rodea la parte media de su espalda, empujando su cuerpo más al mío y beso su frente. Mi corazón golpea el pecho cuando me sorprende al unir sus labios a los suyos antes de levantar la cabeza y seguir con la mirada en el camino.

Para la tranquilidad de Britt, toma el pote de gel que llevaba en mi valija y acomoda mi cabello en algo parecido a un peinado. Según ella, es lo que le gusta y nadie me reconocerá... También tengo prohibido verme en alguna vidriera, así que no tengo la menor idea de como me veo. Igual no me importa si soy el centro de su atención, podré tener un nido de pájaro y seré el hazmerreír del lugar. Solo con estar a su lado y nadie nos reconozca, quiero besarla hasta quedarnos sin aire. Quiero demostrarle que no me importa lo que piensen los demás en la diferencia de edades. Sí, son siete años... Distintas generaciones. Ella presente mientras yo soy el pasado, lo que Hannah me ha mencionado un par de veces antes de dejarme. ¿Qué tanta importancia le toma la sociedad las edades?

Siento que algo hace contacto con mi cuello y mi cuerpo tiembla ante ello... No hace falta ver de quien proviene, Britt no deja de sorprenderme ante su afecto, más si es hacia mí. Detrás de esa mujer seria y centrada en sí misma, está aquella que puede llegar a ser cariñosa cuando se lo propone. Empiezo a adorar ese lado de ella y quisiera que siempre fuese así, pero es demasiado reservada delante de tantas personas. Mis ojos se dirigen a los suyos marrones, me pregunto en que momento se los puso porque en el edificio me sorprendió verla con sus ojos celestes, y me fascino más de ello. No puedo evitar unir mis labios a los de ella, es muy adictivo.

- No quiero que desperdicies los lentes de contactos.- le susurro al oído y sonrío cuando veo erizarse su piel- Me encantan tus ojos celestes, pero los marrones me parecen fascinantes...

- ¿A eso lo debo tomar como un cumplido?- gira su cabeza para observarme y me responde la sonrisa- Lamento decepcionarte Mark, solo que esto va a desaparecer de nuestras vidas. Es demasiado molesto, y es que no entiendo como lo pueden utilizar.

- ¿Nuestras vidas?- levanto una ceja en su dirección- Me encanta como suena... Esa frase saliendo de tus hermosos labios suena muy prometedor.- en respuesta recibo su risa y nos acomodamos en los asientos correspondiente a los boletos.

Después de la mala experiencia de que me dejaran plantado en el altar, no creí encontrar a otra mujer que quiera pasar tiempo conmigo. Es increíble como una persona puede cambiar tu vida y Britt lo ha hecho conmigo, primeramente siendo la fruta prohibida del que tanto me tentó durante tantos meses. Ahora, en pocos minutos tengo la vía libre para declararle mis sentimientos... ¡Debo sentar cabeza! Tengo el deseo de formar mi propia familia y que los futuros Živković sigan haciendo historia en el deporte. Solo espero que Britt se permita ser parte de esos deseos, porque no me imagino otra mujer que pase su vida a mi lado que no sea ella.

Puede que este loco como para planificar algo del que ni siquiera comenzó, pero dicen que la esperanza es lo ultimo que se pierde en esta vida...

Mi Destino, tu CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora