The Eyes Of The Devil// James Patrick March.[TERMINADA]

Capítulo 49

Hoy es la gran noche especial para James, ya que el cada año ofrecía una cena con asesinos seriales que existieron, era su oportunidad para reunirse con ellos.

Tenia tiempo sin hacerlo, pero ahora cambio de opinión y hara la magnifica cena hoy es la noche del diablo.

Yo me sentía tan emocionada por esta cena al igual que todos en el Hotel, Liz, Evers, James y yo preparamos todo y era mucha la emoción.

James ya sabe lo de mi embarazo pense que el se pondría enojado o algo, pero fue al contrario se puso muy feliz por esta noticia.

¿Y quien no? Es lo mejor que me pudo haber pasado, lo amo a el, amo este Hotel, amo cada una de sus acciones y ahora amo a este bebe que esta dentro de mi, mitad de James, mitad mia.

No es un niño común es hijo del diablo y de una psicópata enamorada.

No es usual. Es inusual como todo en este Hotel.

—Aqui perteneces mi amor— acaricie mi poca barriga.

—Tu papa y yo te amamos demasiado, eres lo mejor pequeño James—reí.

Aun no sabia si seria niño o niña pero estaba segura de algo, ese bebe será especial y nadie ni nada podrá con el, es un March sangre de asesino.

Me arregle bastante esta noche, ya que recibiríamos a varios asesinos muy reconocidos y claro James Patrick March es el jefe, el patrón, el maestro.

—Vaya si que estas creciendo un poco rápido— vi un poco de bulto en mi estomago.

Al terminar de arreglarme me encontré con mi amado esposo.

—Estas divina querida— beso mi mano. 

—Tu estas perfecto mi amor—

Se mira tan apuesto con su traje anticuado de años atrás, con su mascada que no falta, su cabello perfectamente peinado y claro su porte y elegancia lo distinguía.

Tomo mi mano y caminamos hacia el comedor donde se ofrecería la cena.

En la habitación 64 claro su habitación, nuestra habitación.

El puso algo de música en un toca discos.

—Bella dama esta noche, ¿me permite bailar con usted?-pregunto tomando mi mano.

—Claro que si apuesto caballero—sonreí.

Me tomo de la cintura y me pego a el para bailar, nuestros pasos al compas de la música.

Sus suaves manos acariciaban mi cintura y espalda.

—Te amo tanto como asesinar—

—No creo que nadie pueda igualar este amor que siento por ti mi amor—

Nuestras frentes se juntaron.

—No sabia que bailabas James— reí.

—Ni yo, pero por ti hago todo mi amor—

Sonreí.