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Me era difícil adentrarme en su mundo, querer compartir las mismas almohadas, recorrer las calles de la ciudad a pie mientras íbamos tomados de la mano.

Yo soñaba con una porción pequeña del universo donde sólo fuéramos Taehyung y yo, donde el cielo y el mar se combinaran para darnos un pedazo de paraíso y vivir eternamente regalándonos besos a la orilla de la playa.

Pero los sueños y la realidad a veces se divorcian, no van de la mano y cuesta aceptar que los planes que has armado en tu cabeza son más frágiles que una diminuta llama en una tina de agua. 

Y así, cada vez que Tae me decía que no podía ser su novia era como uno a uno los cimientos de todos los sueños que tenía junto a él se iban quebrando. Y con ellos mi corazón. 

 —  Sabes que no podemos —dijo la última noche que durmió en mi apartamento —Es sólo esto, nada más. 

Tendida bajo las sábanas no podía dejar de repetirme por qué no podíamos ser una pareja normal. ¿Por qué sólo era su compañera de la puerta para adentro?

— ¿Está bien? —dijo depositando un beso en mi frente —Mantengámonos sin dramas. 

Y entonces mi cerebro procesó una sola frase. Cinco palabras que mi boca no fue capaz de decirle aquella vez que tuve que arrojar mis sentimientos al olvido.

No está bien, Kim Taehyung.  


microcuentos → bangtan boysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora