Tragué duro, me alisé la falda, me acomodé los mechones de cabello detrás de las orejas e incluso aclaré mi voz.
Toc, toc.
El repique de mis nudillos contra la madera irrumpió en el silencio que había en el pasillo.
¿Por qué lo estaba haciendo?
Tonta.
Nadie abrió incluso si toqué tres veces y pensé que era la señal perfecta para huir y no darte otra oportunidad.
Tonta, ¿quién le da una oportunidad a un hombre infiel?
Pero abriste.
Y yo lloré.
Lloré automáticamente cuando te vi recostarte del marco de la puerta y esbozar una sonrisa lentamente como si te costara mover cada músculo de tu rostro.
— Siempre terminas volviendo a mí —dijiste.
Y no debatí porque era cierto. No había forma de que no volviera a ti, Min Yoongi.
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microcuentos → bangtan boys
FanfictionMicrocuentos inspirados en bangtan boys. → Historia original.