이십칠

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Seokjin no era el tipo de príncipe que...

Seokjin era un príncipe y a cualquiera que le preguntaran, les diría que nadie nunca me había visto tan feliz como cuando estaba a su lado. Nadie podría negar que la única forma en la que mis pies tocaban el cielo y las historias de amor cobraran algún sentido para mí era cuando sentía como sus dedos tomaban mi mano desprevenida y la llevaban a sus labios.

Así y con más detalles, con más suspiros y palabras dulces era nuestra historia.

  — ¿Volverás a casa tarde? 

  — Sí, lo siento —Suspiró a través del auricular del teléfono.

Yo sonreí tristemente porque no me gustaba ir a dormir sin él. La cama siempre era más fría porque la otra mitad no tenía su cuerpo para calentar las sábanas y yo me sentía un poco vacía porque no tendría su pecho cerca de mí para que yo pudiera escuchar los latidos de su corazón.

— Entiendo.

— Quiero estar contigo.

— Lo sé, te extrañaré al dormir.

— Cuando llegue te abrazaré como he querido hacer todo el día —Dijo y mi corazón se sacudió con fuerzas.

— Lo anticipo.

— Te amo, ¿lo sabes, no?

Lo sé, claro que sí.

— Sí. 

Dejé el teléfono a un lado y me envolví en el edredón ansiando caer dormida para que cuando despertara él estuviera a mi lado. 

***

Seokjin dejó a un lado el celular para volver al asunto que lo atañía.

— Entonces... —El rubio pasó sus dedos por el hombro de la morena —¿Me sigues contando de esa lencería? 

Y aunque sabía que en casa alguien le esperaba, las aventuras nocturnas solían ser más divertidas que sólo jugar a la pareja. 

  — Claro —Respondió la chica y lo volvió a envolver con su esencia y sus labios venenosos.

Seokjin sonrió y olvidó que en casa alguien dormía deseando despertar al día siguiente sólo para verlo.  


microcuentos → bangtan boysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora