No digas adiós [Levi x reader] (En edición)

Capítulo 14

Nota: Se modificaron los tiempos de algunos sucesos para que vayan acorde a la historia. 

(...)

L E C T O R A

—Supongo que te fue inevitable pelear en Trost, ¿no es así? —le pregunté a Jean quien a pesar de las altas horas de la noche seguía dispuesto a contarme sobre su estadía en el campo de entrenamiento. 

Su mirada cambió, mientras que su cuerpo se tensó. Removió con nerviosismo sus manos pensando o más bien recordando sobre aquel trágico día que había marcado su vida, pues sabía que la caída de un muro no era una pequeñez.

—Es muy traumático presenciar algo así —dijo claramente afectado—. Me provoca tantas nauseas recordar la sangre, los muertos, las pedidas de ayuda de algunos compañeros que a veces resultaban ya estar en la boca de algún titán, —cubrió su boca con frustración— o simplemente ver una parte del cuerpo devorado de uno de tus amigos más cercanos —me observó con pesadez—. No logro entender como es que te mantienes tan fuerte en las expediciones que haces cuando el mundo de afuera es un infierno.

Le dediqué una pequeña sonrisa —No es que yo sea fuerte, Jean, créeme que soy más débil de lo que crees —él joven pareció confundido por mi respuesta—. Lamentablemente nosotros al saber nuestro deber y objetivo como brigada sabemos a lo que vamos. Es desafortunado y no debería ser algo a lo que debamos acostumbrarnos, pero hemos aprendido a vivir con ello; sabemos lidiar con la tristeza, la impotencia e incluso hasta el mismo coraje de ver partir a nuestros compañeros en cada misión sin ser capaces de poder cambiar algo. Es difícil hasta para un soldado de rango élite.

Visualicé mentalmente a todos mis compañeros que inevitablemente han tenido que presenciar el fallecimiento de varios; imagine sus rostros, su tristeza, las últimas palabras que posiblemente han de haber escuchado de algunos y su frustración. Todo eso rondó por mi cabeza en menos de un segundo, sumergiéndome en una nube que comenzaba a lastimar.

—Dejemos de hablar de eso —dije al salir de mis pensamientos—. Ahora pasemos a la explicación del por qué escogiste la Legión, pensé que te declinarías por el lado de la Policía Militar ya que estuviste entre los diez mejores, ¿tu opción siempre fue venir aquí?

—Ciertamente quería unirme a la Policía Militar porque quería vivir seguro de la peste de los titanes, —asentí comprensiva— pero después de la muerte de Marco sentí que venir aquí era la mejor decisión y aún no entiendo porque. Posiblemente solo vine aquí de pura casualidad para reencontrarnos.

—Puede ser que si, puede ser que no —dije ladeando la cabeza—. A lo mejor y solo debías venir porque si, no debe de haber mucha explicación a eso, solo espero que no te vayas a arrepentir.

—Créeme que lo pensé bien aún después de oír el discurso del comandante Erwin. Aunque si me arrepentí hace un rato.

—Lamento eso, pero a Erwin le fascina ser muy sincero y directo, y más para una brigada en donde la muerte esta presente cada día —suspiré—. Tener miedo es normal, pero no es necesario que te preocupes demás, recuerda que me tienes a mi para cubrirte la espalda, no por nada tienes a una hermana mayor.

—No necesito de ti —enderezó su espalda asimismo cruzaba los brazos dirigiendo su mirada a otro lado—. Ya te dije que fui uno de los diez mejores, así que no molestes.

—Cuando se te rompan tus cuchillas o se te acabe el gas no vengas llorando a decirme: "hermanita ayúdame que me van a comer los titanes, soy un pobre desamparado" —agudicé la voz con un toque dramático.

—No puedo creer que una idiota como tú sea soldado élite y mi hermana —murmuró.

—"Ni puidi criir qui ini idioti cimi ti sia sildidi iliti y mi hirmini" —dije a modo de burla.