Capitulo 23

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Justo ahora estábamos frente al titan acorazado dirigiéndonos hacía él con la máxima velocidad que nuestros caballos se permitían y con una gran cantidad de titanes siguiéndonos por detrás importándonos poco nuestra seguridad pues nuestro objetivo solo era uno.

Detenerlos. 

Varias siluetas de personas que se podían visualizar a la lejanía sobre el acorazado, se desplegaron en varias direcciones al percatarse de nuestro movimiento. Fueron varios gritos de los soldados de la Policía Militar y de las Tropas Estacionarias quienes estaban en contra de lo que estábamos a punto de hacer. 

Pero por lo menos Erwin y yo sabíamos a la perfección que esto era la que necesitábamos para detener su andar y bajar su guardia. 

Ya la distancia era muy corta, así que el impacto sería inevitable entre ambos lados. Fue así que nuestro grupo pasó de largo del acorazado y cada soldado fue desplegándose hasta detenerse a una distancia considerable. Por otro lado, el grupo que venía justo detrás del titan tuvo que salirse de la ruta abruptamente para evitar chocar contra el conjunto de gigantes ahí. 

—¡Aléjense del camino de los titanes!— Indicó el Comandante.

El choque que tuvo el acorazado con los titanes fue brutal, tanto como para haber sacado algunos de estos volando por encima de nosotros. Todo el impacto lo recibió el gigante de coraza quién después de recibir a los primeros titanes perdió el equilibrio terminando en el suelo y teniendo como amenaza a los gigantes que comenzaban a rodearlos para un ataque.  

Detuve mi andar de golpe lo que provocó el fuerte relinchar de Relámpago. 

Me giré a ver todo lo que habíamos provocado. Era como lo habíamos planeado, no obstante, observé que el acorazado todavía no había bajado las manos de su cuello, lo cual era un alivio pues no quería exponer a Eren demasiado ya que casi la mayoría apenas si había podido asimilar lo sucedido como para poder defenderlo. 

—¡Vamos!— Gritó Erwin dirigiéndose hacía la amenaza —¡El destino de la humanidad está en juego!— Con gran determinación volvió a alzar su cuchilla por los cielos —¡Si perdemos a Eren la humanidad no tendrá futuro alguno en este mundo.— Se detuvo por completo para observar a todos con esa gran determinación que él solo podía transmitir —¡Recuperaremos a Eren y volveremos con él!— Y con mucho orgullo hizo el simbólico saludo militar —¡Entreguen sus corazones!— Acto seguido se fue detrás de los gigantes sin importarle la respuesta de todos.  

Y como si sus palabras fueran mi fuente de energía, logró que la adrenalina misma me invadiera y sin titubear mucho tiré fuertemente de la rienda de mi caballo y seguí a Erwin sacando en el proceso mis cuchillas para el enfrentamiento.

Después de esto, varios soldados nos siguieron logrando estremecerme al escuchar su asombroso grito de guerra.

Por si fuera poco, el acorazado quitó las manos de su cuello dejando vulnerable a las dos personas situadas ahí. 

—¡Esa es nuestra oportunidad, Comandante Erwin!— Exclamé con entusiasmo.

—¡Avancen!— La mano del rubio se estiró al costado. 

Sin embargo, lo siguiente que pasó logró que pequeñas salpicaduras de un líquido espeso y de color carmín se colaran en una pequeña parte de mi mejilla dejándome boquiabierta y estática. Era muy irreal que esto estuviese pasando y sobre todo que le pasara a mi comandante.

Fue sorprendido por la mordedura de un titan que fue directamente hacía su brazo, sin tener tan siquiera la oportunidad de esquivarlo, era evidente la pérdida de su extremidad. Aunque lo más peligroso fue que este enorme gigante de más de ocho metros lo elevó por encima de nosotros reteniendolo con su mordedura  y alejándolo inmediatamente del grupo con la sola idea de devorarlo.

No digas adiós [Levi x reader] (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora