Capitulo 33

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Dos meses. 

Habían pasado dos meses después de la coronación de Historia, en los cuales habían pasado tantas cosas que ni siquiera se que por donde empezar.

Primeramente, después de dos semanas se realizó una purga sacando a cualquier persona que alguna vez se llamó soldado por sus antecedentes corruptos y quejas ciudadanas. Algunos fueron acusados de cometer asesinato, al igual que robos y aceptos de sobornos. Cada regimiento perdió a una cantidad considerable de miembros por lo mismo, lo que provocó que la humanidad perdiera a gran parte de sus fuerzas militares. 

Pero no todo fue tan malo como se esperaba. La humanidad logró obtener un mineral resplandeciente que fue obtenido bajo tierra; nosotros le llamamos endurecimiento. Este material hizo posible que se necesitara muy poco la existencia de velas y fuego, ya que este podía iluminar un rango promedio de cuatro metros a la redonda. Me atrevo a decir que este sería un gran avance tecnológico para la sociedad. 

Agregando que gracias al poder endurecedor de Eren, se pudo crear una nueva arma anti-titanes, justo la que se estaba por probar frente a nuestras nosotros. 

El distrito Trost había sido un buen lugar para crear esta arma, pues aprovechamos que la puerta principal estuviera cerrada con esa gran piedra gigante que Eren había colocado hace algún tiempo para realizar este proyecto que desde hace semanas se tenía programado debido a que esta gran roca impedía cualquier movimiento de ataque directo que nosotros planeáramos. 

En fin, esta defensa que se había podido colocar a lo largo del muro, consistía en un enorme tronco de madera que estaba siendo sostenido tanto por un par de cadenas al igual que cuerdas para que se manejara mejor en manos humanas, asimismo con ayuda de un avanzado mecanismo para que no tuvieran complicaciones. También el endurecimiento que podía hacer Eren tenía espacio en este lugar, pues había creado una especie de reja que permitía a los soldados estar ahí atrayendo a los titanes sin la necesidad de poner su vida en riesgo. 

Un soldado de la Legión de reconocimiento ubicado dentro de la enorme reja logró atraer a un titan que pasaba por la zona, haciendo que cada vez más se acercara al punto en donde debía caer ese gran pedazo de madera que se encontraba de forma vertical para que el impacto fuera exacto sobre la nuca.

Cuando por fin pudo estar en la posición adecuada soltaron las cadenas que sostenían al tronco y lo dejaron caer sobre la nuca del titan de doce metros abruptamente dejándole un enorme agujero en esta. 

—Cayó en la nuca.— Dijo la castaña frente a mi. —Esta vez debe funcionar.. 

Después de unos largos cinco segundos, pudimos observar como el titan comenzó a evaporarse haciéndolo gratificante para mis ojos. 

—¡Derrotamos a un titan de doce metros!— Grito Hange entusiasmada. 

—No puedo creer que haya funcionado.— Susurré sin dejar de ver a la escena. 

Eren quien se encontraba a mi lado derecho cayó de rodillas atrayendo mi atención —Lo logramos..

—Si..— Murmuré viendo al joven.

Antes de girar mi vista hacía el frente, pude ver como se tomó rápidamente la nariz que de forma repentina comenzó a derramar espesas gotas de sangre. Tuve que arrodillarme para poder quedar a su altura. 

—Por dios, Eren.— El chico se giró a verme. —Espera un segundo.— Con rapidez comencé a rebuscar entre los bolsillos de mi chaqueta un pañuelo. 

—Toma este.— Ofreció el azabache quien se mantenía parado. 

—Gracias.— Tomé la tela entre mis manos para después extender el pañuelo y tendérselo a Eren quien ya había manchado sus manos y un poco de sus prendas. —Te inclinaré la cabeza para que el flujo no sea tan abundante, mientras tú sostén el pañuelo y evita mancharte más.— El joven asintió a mis palabras. 

No digas adiós [Levi x reader] (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora