Capitulo 38

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—Estoy llena.— Murmuré. —¿Quién diría que esta cena sería la mejor que tuviésemos?

—También se basa en la convivencia.— Me dio un suave codazo Hange. —Yo también me la pasé muy bien y sobre todo con estas delicias.— Alzo el tarro que contenía un poco de cerveza feliz.

—Ya, pero ten cuidado de no excederte que mañana tenemos un arduo día.

—Yo diría lo mismo, que ya casi te terminas el tuyo.— Le dio un vistazo a mi tarro.

—Algo tenía que ayudarme a digerir.— Me alcé de hombros —Pero ya es la última.

Ella se limitó a reír —Oye, ____.— Llamo mi atención mi compañera —Tu que eres más cercana a Ayrton, ¿sabes que ocurrió con él?

—¿A qué te refieres?— Pregunté alarmada —¿Pasó algo con él?

—¿No lo sabes?— Inquirió sorprendida —Y eso que son tan cercanos ustedes dos..— Suspiró —Pidió un descanso temporal en la Legión, bueno acaso y temporal pues dijo que todo dependía de lo que pasara con su futura esposa. Si no llegara a regresar dijo que sería un doctor, aunque para conseguirlo estudiaría mucho. 

Ayrton.. Pensé que no me haría caso, porque aquel día se había ido a mi parecer enojado. No dudaba de las habilidades de mi compañero, pero prefería que el tuviese una larga vida. Sabía perfectamente que en esta misión perecerían muchos y Ayrton posiblemente no sería la excepción, algo me lo decía. Pero gracias a esta noticia sentía un alivio en mi. 

Gracias por confiar en mi.

—Él sabrá lo que quiere, así que no te preocupes por él tanto.— Le di una palmada a Hange en la espalda. 

—Nuestra única esperanza de vida como lo es un doctor se ha ido al traste.— Se tiró de cara a la mesa haciéndome reír.

—Encontraras a gente nueva, ya lo verás.— Miré a los alrededores —Por cierto, no he visto a Levi por ningún lado y es capaz de saltarse la comida. No puedo creer que no piense en él. 

—¡Bah!— Hange me sorprendió —¿Crees que él sería capaz de hacer eso?— Bajó el tono de su voz logrando que sus palabras solo llegaran a mi —No sería capaz de dejarte aquí sola, así que deja de preocuparte tanto tú también, sobre todo porque esos dos comenzaron a pelear.— Señaló un lugar en particular. —Ya sabes lo especial que es, detesta el desorden. 

—¿Quienes?— Seguí la dirección en la cual su dedo índice señalaba a un dúo ya conocido y por ende problemático. 

Estos dos se encontraban sosteniendo el cuello de sus camisas de cada uno con sus puños dirigidos al otro con la intención de golpearse hasta más no poder. 

Y eso exactamente pasó pues Eren le dirigió un derechazo a Jean que había impactado justo en su abdomen. El impacto se vio tan fuerte que yo no pude evitar forma una mueca de dolor aunque yo no fuera la lastimada. Dios hasta yo había sentido ese golpe.

—Ay, esos dos no tienen un reparo— Pronuncie negando.

Jean tampoco se hizo esperar y de una forma bastante ágil se recompuso brindándole un buen golpe de costado al castaño con su puño izquierdo. Devolviéndose mutuamente golpes, sea en donde sea, siendo animados por los otros soldados en el lugar. En cambio, yo pesé a estar en contra de su comportamiento no hice ningún intento por detenerlos, algo me decía que los tenía que dejar disfrutar este momento en donde tienen más paz que estrés. Esta vez me dejaría llevar por la situación. 

—¿____?— Me miró extrañada la de lentes —Creí que irías a terminar su pelea, ya sabes, es tu hermano el quien está metido en el lío. 

No digas adiós [Levi x reader] (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora