Capítulo 4

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-So I'm breaking the habit, I'm breaking the habit-
-Tonight- Replicó el nipón escuchando la música proveniente de sus auriculares mientras compraba un trío de rosas para la persona que tanto extrañaba...
Apagando la música decidió escoger una de tono blanco, una de tono rojo y una rosada...
Cada una significaba algo especial y escencial o referente a la relación amistosa-amorosa que mantenía con la persona que había abandonado este mundo...
La blanca era la pureza y momentos de inocencia, la roja la pasión y el fuego que dejaban notar en cada momento, incluyendo sus canciones, finalmente, la rosada significaba aquella vida que era antes de su partida...
Regresando a su hogar, eran las 2:00 pm, su esposa se había ido de compras,  según lo que decía una nota, inmediatamente fue a su estudio por la carta, pero al llegar se sentó y cayó profundamente dormido, pues no había dormido en como 3 días...
-¿Qué?- preguntó el nipón en cuanto abrió los ojos -¿¡LAS 7 DE LA NOCHE!?, CARAJO, ¡VAN A CERRAR EL CEMENTERIO!- dijo gritando...
Salió como alma que lleva el diablo al cementerio y por suerte aún no lo cerraban, por lo que lo dejaron entrar...
En cuanto llegó, se dirigió inmediatamente a la lápida de aquel tatuado que ya no estaba con nosotros...
-Chester... hola, emm, sólo venía a desearte feliz cumpleaños y a entregarte esto- dijo mientras ponía las rosas y la carta en la lápida, soltando un par de lágrimas- Perdón...
Perdón por no poder hacer nada más, perdóname, Chaz, por favor, no me olvides- dicho esto se arrodilló ante la lápida y comenzó a llorar...
Se recostó a lado de la lápida, sollozando en la abrumadora noche...
Pero un ruido lo despertó de aquel hechizo oscuro, un ruido proveniente de...
-¿Ches?- dijo el nipón al escuchar el golpe, creyendo que se estaba volviendo loco, se sentó, dispuesto a irse, pero un grito y varios golpes fuertes lo hiceron reaccionar...
-¡AYUDA!- fue lo único que salió de la garganta del rapero, afortunadamente, alguien lo escuchó, corrió hacia el llevando una pala consigo...
Escuchó el relato del nipón y empezó a sacar tierra...
Llegaron al ataúd y oyeron otro grito desgarrador rogando ayuda...
Sin dudarlo abrieron el ataúd y ahí estaba, sus flamas tatuadas brillaban más que nunca, su piel de porcelana brillaba con la luna, sus ojos reflejaban miedo y terror, pero de sus labios sólo salió una palabra mientras lágrimas salían de sus ojos y se le abalanzaba al nipón
-Volví-
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Y listo, otro capítulo, perdón si me tardé en actualizar, es que no tenía internet...
Pero bueno...
Ahora, al parecer alguien volvió a la vida en su cumpleaños, jeje
Espero les haya gustado y lo disfruten mucho...
Nos leemos después :3

Para siempre -Bennoda-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora