Por todos los dioses, hace miles de años que no actualizo este pobre desamparado! XD bueno, he conseguido ponerme las pilas... es que putos otros fics, me tenían absorbido XD
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Espartanos, arcadios y tireanos vieron desde la distancia cómo los rayos destruían e incendiaban el palacio de Licosura. Se podía oír gente gritando, u ordenando la extinción del fuego. Algunos de los habitantes huían de la ciudad en la noche, sin nadie que se lo impidiera.
El ejército arcadio, que esperaba en la parte más alta del campo de batalla, respiraba con inseguridad por los tiempos venideros. Muchos de ellos incluían en sus pensamientos que por fin la pesadilla había terminado, aunque no tenía ni idea de si alguno de los hijos de Licaón tomaría el relevo y seguiría con ese reinado del terror.
Por otro lado, Hiroto y sus exploradores se acercaron al ejército enemigo para establecer pactos. Los arcadios se habían retirado de la batalla, cansados, y estaban dispuestos a negociar condiciones de ésta, pero Hiroto, en consenso con los veteranos de su ejército, no había venido para eso:
—Hemos acordado establecer una alianza con vuestro nuevo rey, si está dispuesto a ello —anunció—. No estaba dentro de los planes de mi padre anexaros a Esparta y no pienso tener ahora a mi primer enemigo como rey.
Los arcadios le ovacionaron discretamente, como si no les interesara la alianza. Estaban pensando, obviamente, en sus familias. Luego, se levantaron y marcharon de vuelta a la ciudad, a ayudar al resto de habitantes, sabiendo que los espartanos ya no tenían intenciones de atacar. Éstos, incluyendo a los tireanos, se asentaron fuera de las murallas con el permiso del general de Licosura.
Fue entonces cuando Kariya y los demás cazadores aparecieron en el campamento, cargando con Hikaru.
—¡Hikaru! —Tenma corrió a abrazarle. Su amigo apenas reaccionó—. Hikaru, ¿cómo estás?
—Está en shock, necesita descansar —habló Kariya por él.
El joven tireano miraba los árboles, con ojos asustados, esperando que nadie más le preguntara. Cualquier visión de un humano implicaba recordar lo que acababa de ver. No le apetecía nada el contacto que hacía ya rato que sentía.
—Dejadle espacio —ordenó Kirino, con autoridad, apareciendo con Shindou—. Que sienta libertad.
Tenma miró al hijo de Hécate a medias entre indignado y suplicando respuestas. Necesitaba el cariño de su amigo, pero éste parecía no responder a nada. Al cabo de unos segundos, empezó a querer coger sus armas, que Tsurugi había dejado en el suelo, así que Tenma le dejó. Hikaru juntó la lanza, la espada, la armadura y el escudo y, con éste último, se cubrió, como si tuviera miedo de nada que no fuera la vegetación o el suelo.
—Hikaru...
—Acaba de presenciar una escena traumática. Voy a ayudarle a conciliar el sueño —dijo Kirino. Cerró los ojos, se concentró, y un pequeño haz de luz verde y azul apareció bajo el escudo, donde Hikaru se encontraba resguardado. Éste no reaccionó, y finalmente acabó tumbado, soltando sus armas, quedando dormido con tranquilidad. Kirino oró por él—: Que Hécate te otorgue un sueño apacible.
Tenma, Tsurugi y Kariya quedaron por unos segundos en silencio, más tranquilos, hasta que el tireano cargó contra los itacenses:
—¿Por qué has hecho eso? ¡Necesitamos saber qué le ha pasado! ¡Tenemos que ayudarle!
—¿Y qué hay que saber? Los dioses han destruido a Licaón y su palacio. La guerra contra Arcadia ha terminado —replicó Tsurugi, con frialdad.
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Cazadores del Mar Celestial [Inazuma Eleven Go]
FanfictionHikaru es un joven huérfano de guerra que vive en su pequeña ciudad, intentando alejarse de todos los males posibles de la Grecia antigua. Sin embargo, los dioses en persona, unos monstruos caídos del cielo y un amuleto familiar actuarán en su contr...