Capitulo 14 (2da temporada)

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Por la boca de Yesung salió un suspiro, que, sin proponérselo empaño un poco el cristal del vidrio frente a él, la mañana era demasiado fresca y por ende hacia un poco de frio.

El pelinegro echaba un vistazo hacia el exterior con la mirada dispersa, pensativa. Las típicas ojeras se habían marcado bajo sus ojos, denotando, como era costumbre, que poco había descansado.

Aunque el motivo de su desvelo le sorprendió que esta vez se tratara de algo distinto.

—Joven yesung. —desde afuera una voz le llamaba. —¿puedo pasar?

—Pasa Young so. —autorizo de inmediato el pelinegro sin apartar la vista de la ventana.

—Buenos días joven. —saludo con entusiasmo el mayordomo. —No pensé encontrarlo tan temprano despierto, como llego usted de madrugada supuse que desearía descansar un poco más, aunque me tome el atrevimiento de venir a preguntar a qué horas desearía que le sirviera el desayuno.

—Young so. —el pelinegro evadió el cuestionamiento de su mayordomo. —crees que sería posible que yo...—Yesung se arrepintió de hablar y prefirió guardar silencio.

Aunque para Young so había sido demasiado evidente que algo le inquietaba, no había tenido la posibilidad de mirarlo a los ojos, aunque tampoco hacía falta, bastaba con escuchar la voz del muchacho para que se diera cuenta que algo estaba mal.

—Joven... ¿todo está en orden? —el ceño de Young se había arrugado, se acercó unos cuantos pasos antes de acercarse a Yesung, pero prefirió detenerse, no quiso ser impertinente para no incomodarlo. —¿acaso sucedió algo en la velada de ayer?

Aquella simple pregunta parecieron ser las palabras mágicas que bastaron para regresar a Yesung dentro de la limusina en la que viajaban él y la muchacha...

"señor ogro, estoy...estoy enamorada de usted"

El pelinegro había revivido aquella escena, permanecía tan vivida e intacta entre sus memorias, recordaba perfectamente todos y cada uno de los detalles.

La cálida voz de la castaña, su mirada en cuanto se acercó a confesarse, y todo lo que el llego a sentir luego de escucharle decirlo. Eso precisamente fue lo que anduvo rondando en su cabeza el resto de la noche y por ende la principal razón por la que le fue imposible dormir.

—¿Pasa algo malo? —la insistente voz de su mayordomo lo saco de aquella cavilación y lo regreso de vuelta ahí, entre las cuatro paredes de su habitación.

Aunque por la boca del pelinegro no salió alguna clase de respuesta.

Aun no sabía si debería definir todo este asunto como algo "malo", de hecho, no tenía idea de cómo debería catalogarlo. Era algo extraño, a su parecer bastante raro, e incluso un poco desquiciante.

Su cabeza se encontraba perdida entre mil pensamientos, no pudo evitar creer que la castaña solo estaba bromeando cuando le confeso "aquello", el hecho de no estar en sus cincos sentidos fue una razón suficiente como para no tomar enserio sus palabras, aunque por otro lado recordó aquel dicho que dice "los niños y los borrachos siempre dicen la verdad" ¿acaso había alguna posibilidad que eso fuera cierto?, no lo sabía, pero de lo que si estaba seguro es que no sentía ser el mismo después de escuchar tal declaración salir de los labios de la castaña, con certeza algo había cambiado pero aun sentía que era demasiado pronto y precipitado como para descubrir qué. Tenía que averiguarlo...

—No Young so, puedes retirarte. —contesto finalmente el pelinegro.

No del todo convencido por la petición, pero de alguna forma resignado el mayordomo hizo una reverencia. Se acercó a la salida y estuvo a punto de atravesar la puerta cuando escucho de nueva cuenta la voz de Yesung.

INVIERNO EN TU CORAZON ♡  Yᴇꜱᴜɴɢ & Tᴜ (Sᴜᴘᴇʀ Jᴜɴɪᴏʀ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora