INVIERNO EN TU CORAZON ♡ Yᴇꜱᴜɴɢ & Tᴜ (Sᴜᴘᴇʀ Jᴜɴɪᴏʀ)

ಌ Cαρiтυʆσ 30

—Oh! gracias por haber venido, los estábamos esperando. —comento la madre superiora, bastante animada en cuanto se acercó a los tres chicos.

Era una mujer que rebasaba los cincuenta años, aunque no los aparentaba del todo, portaba un hábito blanco, mantenía una sonrisa amable y cálida a la vez.

Los tres chicos respondieron al fingir con una grata sonrisa. Después de aquella discusión con el "señor ogro" es lo mejor que podían hacer...

—No hay nada que agradecer. —Módulo tn_____. —Mi madre fue la que llamo hoy por la mañana avisando que había un cambio de planes y que nosotros tomaríamos su lugar esta vez.

—Oh si, ella me lo hizo saber desde muy temprano, muchas gracias por lo que están haciendo, incluso veo que se han disfrazado, los niños estarán muy felices.

—Por cierto hermana, una pregunta. —Heenim tomo la palabra. —como se dio cuenta, que nosotros habíamos llegado? Estábamos por tocar el timbre hace apenas unos momentos.

—Ah, sucede que pude verlos desde la ventana de mi oficina.

—Ya escucho señor ogro? Nos vio!. —dijo entre dientes la chica enfatizando la última palabra.

—Ya escuche, gracias por la información. — respondió el pelinegro de igual manera al fingir con una sonrisa.

—Que les parece si entramos?...

—Oh sí. —Heechul, alisto al perro y le coloco también unas orejitas y una nariz roja, sería otro de los renos, acto seguido se echó un saco rojo al hombro con obsequios, fue el primero en entrar, después de todo era el ayudante de santa. 

Pero no sucedería lo mismo con Yesung, pues se arrepintió y antes de que la castaña pudiera llevarlo, manejo el mismo su silla y dio una vuelta en "U" intentando huir de ahí.

—A dónde cree que va?. —la castaña sujeto las agarraderas de la silla y lo hizo atravesar la entrada

—No quiero ir!.. —gruño Yesung

—Es tarde, Ya estamos aquí "señor ogro" y si no nos acompaña, no me quedara otra opción que tomar otro tipo de medidas. —tn______ cuchicheo cerca del oído del pelinegro. Este experimento un escalofrió cuando escucho aquel tono de voz. Había sonado amenazador y en verdad atemorizante.

Una vez dentro, tn_____ cerró la puerta al empujarle con la ayuda de una de sus piernas.

Caminaron por un largo pasillo para atravesar después unos cuantos salones, a donde quiera que miraran saltaba a la vista su precario y humilde estado, hacían falta muchas cosas para regenerar el lugar y darles a esos chicos una mejor condición de vida....

—Tenemos cerca de ciento veinticuatro niños a nuestro cargo. —explico la hermana mientras avanzaba. —los infantes que están aquí han pasado por situaciones de calle, maltrato y más, todos tienen una historia, pero aquí tratamos de darles lo necesario, sobre todo mucho amor, cariño, y comprensión.

Llegaron finalmente a uno de los últimos salones, el más grande de todos, ahí ya esperaban los pequeñitos, la primera en entrar fue la superiora...

—Niños! miren quien nos ha venido a visitar...

A los menores se les iluminaron los ojos apenas vieron aparecer a los tres personajes...

Tn______ no pensó en sentirse tan nerviosa como hasta ese momento, una extraña sensación le revolvió el estómago, sabía que los niños eran el público más difícil de convencer