Capítulo 20: Dando vueltas.

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Capítulo 20: Dando vueltas.

No podía negarlo, ese tacto era cálido y gentil, aun así estaba nervioso, las palabras de Clarissa no terminaban de encajar en su mente, y no sabía cómo rechazar tan dulce trato.

—Pero yo no... —Las palabras murieron en sus labios tan rápido como fueron pronunciadas. Observo a la pelinegra y luego bajo la mirada avergonzado, mordiéndose los labios, como si estuviera a punto de soltar una grosería.

—No eres la pareja de mi hermano, —completo la mujer, comprendiendo las razones de Castiel, y también quitándole un peso de los hombros a su doncel favorito, en realidad uno de los pocos que conocía. —Yo sé de eso, pero comprenderás que Christopher es un tarado testarudo, no hay forma de que hagas cambiar su obstinada decisión. Me imagino que Arthur ya te hablo de esto, pero él no siempre fue así, la arpía esa lo dejo destrozado. Un hombre de la alta alcurnia, deseado por todas y todos, con un orgullo monumental por todas las razones antes dichas. Pero fue engañado y sustituido por un cualquiera, no conforme con eso, le robaron y lo dejaron plantado casi en el altar. Fue terrible. Para el esto funciona como andar en bicicleta, ya se cayó, y el golpe fue bastante duro, así que ha decidido no volver a intentarlo. Quizás tú puedas ser el equilibrio que le falta. —

Castiel estaba mudo, las palabras le halagaban, pero no estaba realmente seguro de ser tanto así como Clarissa le había descrito. La verdad a es que apenas se sentía estable él, definitivamente, y por mucho que le doliera, él no era un pilar firme para la vida de Christopher. Aunque podría asegurar que llevaba en su vientre al verdadero pilar.

El aire se volvió denso por una mínima fracción de segundos, Clarissa evitaba mirar a Castiel a los ojos, sin embargo eso no lograba calmar el nerviosismo del menor, quien realmente no tenía idea cómo responder.

Fue salvado por la campana, el chillido agudo de un reloj les alerto que ya era tiempo de continuar con la cocina, debía montar una torta para su hermano, y eso sería exactamente lo que haría. No lo pensó mucho y comenzó con sus deberes. Clarissa sonrió comprensiva y luego se marchó, sabía que Castiel aún no estaba listo para todo eso, y aun así fue incapaz de contener sus ansias, soltó todo de una vez, sin pensar en los sentimientos del menor. Ahora temía haber dejado esa cabecilla joven, revuelta y confundida. Exactamente eso había hecho.

Tuvieron una velada tranquila. Christopher no llego esa noche a cenar, y Clarissa se había marchado para una comida con unas amistades, que según ella, no veía hace "siglos". Solo Adelina se unió a su pequeña celebración, la muchacha se había alegrado mucho con la noticia, felicito a Giulian por sus buenos resultados y de paso le deseo mucha suerte los procesos siguientes. Todos sabían que esa era tan solo la punta del iceberg, pero estaba preparados para afrontarlos, de todos modos no había opción más que esa.

—¿Qué significa esto? ¡Esto no es lo que yo te solicite, Clarissa! —El pelinegro masajeaba el puente de su nariz con rabia. Había tenido una semana infernal, y su hermana estaba decidida a coronar con broche de oro aquella terrible jornada.

—Me pediste que buscara profesores, ¡Y todos ellos son fantásticos! —Exclamo la mayor. —Nos los puedes rechazar, —agrego luego, y la mirada acusadora de Christopher se posó de inmediato sobre su figura.

—Debes estar bromeando, —soltó con molestia. —No puedo contratar a ninguno de estos postulantes ¡¿A qué rayos estás jugando Clarissa?! —Estampo el folder contra su escritorio, dejando ver desperdigadas las primeras hojas.

—¿De que estas hablando? Charlie es un excelente profesor de biología, te aseguro que le enseñara muchisimas cosas interesantes, —comento levantando una de sus cejas. —Alonso estudio arquitectura, pero tú sabes que sería un excelente profesor de artes, y además esta Rodrigo, él es un experto en leyes, —aseguro.

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