Capítulo 11: En casa de Christopher Owen. Parte I

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Capítulo 11: En casa de Christopher Owen. Parte I

—Reposemos un poco y luego vamos al jardín, —dijo acomodándose en la silla con una mueca incomoda.

—Bueno, pero, ¿te sientes bien? ¡Nunca en mi vida te había visto comiendo tanto! —Exclamo el menor.

Acababan de almorzar juntos, Paola no había asisto aquel día al trabajo, por lo que Christopher tuvo que confiar en que Castiel comería todo tal y como lo indicaba su dieta. El doncel había aprovechado la ocasión para comer con su hermano, ahora por supuesto se arrepentía de su iniciativa, debido a que realmente sentía el estómago pesado y ganas de devolver todo lo ingerido.

—Estoy bien, —soltó una carcajada, —esto me pasa por antojado, vi tanta comida deliciosa que no pude evitar servir un poco de todo, —externo jocoso para no preocupar a su hermano.

La verdad es que no tenía siquiera un menú que le atiborrara de comida, simplemente aún no estaba acostumbrado a eso.

—Iré al baño antes de que bajemos, —anuncio el menor sin tomar en cuenta las palabras de su hermano. Giulian lo había notado antes, pero ahora estaba completamente seguro, desde que había conseguido ese trabajo nuevo, su hermano estaba extraño, se la pasaba suspirando todo el día, sumido en un sinfín de pensamientos a los que él no tenía acceso.

—¿Quieres que te ayude? —Pregunto con el amago de levantarse de su asiento.

—No, quédate ahí, esta cama es bastante alta y no se hunde, puedo llegar al servicio sin problemas, —Externo con autosuficiencia, cosa que no tenía desde hacía ya mucho tiempo.

Castiel por supuesto observo desde su asiento como el muchachito levantaba las piernas, primero una luego la otra, cuando tuvo ambos pies sobre el suelo, se dio un último impulso y quedo de pie junto a la cama. Sin mayor problema se desplazó hasta el baño y allí fue cuando Castiel le perdió de vista.

—Me alegra verte tan animoso. —Su hermano mayor se levantó del asiento y camino hasta el umbral del baño para depositar un beso en la frente del menor. —Hueles a menta, —comento tomando aire, inspirando la suave fragancia a dentífrico.

—Eres raro Castiel, deja de hacer eso —Negó el menor empujando un poco a Castiel, pero este contrario a alejarse se acercó a él y agarro sus mejillas.

—¿Cuándo dejaras de crecer? —Pregunto contento, Castiel siempre hacia lo mismo al verlo de pie, Giulian era unos varios centímetros más alto que el doncel, por supuesto eso se opacaba al pasar la gran parte de su vida postrado, sin embargo las pocas veces que se ponía de pie, era fascinante para el mayor y nunca olvidaba mencionarlo.

—Cuando tú dejes de ser tan enano, —respondió Giulian risueño, Castiel inflo los mofletes y se giró fingiendo enfado, dándole la oportunidad al menor de cogerle por la cintura y repartir cosquillas traviesas por los flancos de su hermano.

—¡Basta, basta Giulian! —Se quejó al remover su cuerpo incomodo por las cosquillas. —Giulian, ya para por favor, —rogo riéndose, el menor solo continuo haciéndole reír por unos minutos, luego le abrazo por la espalda y beso su mejilla.

—Te quiero mucho, lo sabes ¿Verdad? —Pregunto observando a su hermano.

—¡Claro que lo sé! —Exclamo con ánimo. —Y más te vale quererme mucho más, ya sabes que cobro los paseos con amor, —externo divertido.

—¡Paseo! —Soltó Giulian al instante. —¿Vamos ya? —Pregunto con ilusión y Castiel solo asintió con tranquilidad.

—La silla de ruedas está en el piso de abajo, allá te acomodare, —indico tomando a Giulian desde uno de sus brazos.

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