Capítulo 6: Recuerdos y mentiras.

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Capítulo 6: Recuerdos y mentiras.

Había pasado tanto tiempo desde que durmió de esa forma que ya ni siquiera lo recordaba, su cuerpo se sentía tan pesado como descansado, es irónico pensar que mientras más tiempo estas en la cama, más trabajo te cuesta salir de ella.

Termino siendo movido por el ruido que llegaba a sus oídos desde la cocina, mas dormido que despierto camino hasta la pequeña estancia tallándose los ojos, ahí estaba, lo que su imaginación le había dicho que era una rata haciendo desorden, termino por ser su hermanito, que con más energías de las comunes se había levantado para hacerse el mismo su desayuno.

—¡Castiel! —Exclamo al ser descubierto hurgando en la alacena. —Está lleno de comida. —La sonrisa brillante de su hermano le estremeció de pies a cabeza, le habría gustado ser él, quien por fruto de su esfuerzo llenara aquellos estantes, mas no había sido así, el dinero de Christopher estaba marcado en cada uno de los alimentos.

No dijo nada ante las palabras emocionadas de su hermano, solo avanzo hasta él con una tenue sonrisa en el rostro, acaricio los cabellos del muchacho y le beso en la frente, obligado a ponerse en puntillas para alcanzar la zona.

—¿Quién diría que el pequeño Giulian sería más alto que yo algún día? —Pregunto observando a su hermano menor hacia arriba, solo le llevaba unos 10 centímetros, pero ya era bastante considerando la enfermedad de su hermano y el poco tiempo que pasaba el joven de pie.

—¡Castiel! —Exclamo en tono reprochador. —Sabes que hace mucho te sobrepase en tamaño. —Se defendió al instante. —Tu eres la única hormiga de la familia, hasta pá era más alto que tú. —comento riéndose.

—¡Ah, claro! —Soltó el mayor. Alcanzo unos cereales en la alacena. —Búrlate de tu hermano "la hormiga", luego no me busques cuando quieras salir a dar paseítos, ni me digas "Castiel quiero comer estofado de pollo". —

—¡Que resentido! —Exclamo el menor con dramatismo. Castiel solo sonrió a sabiendas de que todo lo que hablaban no eran más que bromas, luego le indico un espacio en la mesa para que se sentara, el seguiría haciendo el desayuno —Oye, la comida la haría yo, —se quejó Giulian al recibir la orden.

—No quiero que quemes mi cocina. —Contrarresto al instante el mayor.

—¿Para qué te has levantado? Yo estaba muy bien solo. —Asevero mientras tomaba asiento, enfurruñado y con mala gana.

—Escuche una "rata" hurgando en la cocina, no podía dejar que se comiera toda nuestra reserva. —Externo sin amilanarse por los comentarios de su hermano, ni por su cara de malas pulgas.

—A eso le llamas "reserva". —Marco bien la palabra —¡Yo nunca había visto tanta comida en la alacena! ¿De dónde sacaste todo eso Castiel? ¿No te estarás metiendo en problemas? —Consulto algo asustado por las procedencias de aquellos alimentos, Giulian era inocente, mas no tonto, él sabia en los barrios que vivían, lo difícil que era mantenerse vivo y lo fácil que era meterse en drogas, tráfico y prostitución, temía por su hermano, después de todo Giulian no podía ver lo que pasaba fuera de su pequeño hogar.

—Sabes que no me metería en problemas. —Respondió de inmediato con tono seguro y tranquilizador, el mejor que pudo encontrar para cubrir su mentira. —Es ese nuevo empleo, tuve que renunciar al antiguo y me pagaron un dinero extra, —se encogió de hombros como si fuera cosa simple y hablo tan tranquilo como el peor de los hipócritas.

—Me preocupas Castiel. —La voz de Giulian atravesó sus oídos. Castiel solo sintió ese tono de voz que su hermano solo usaba cuando realmente estaba hablando enserio —¿Estás seguro de que este nuevo trabajo va a resultar? ¿Sabes bien quien es tu empleador? —Consulto temeroso.

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