Dentro de la pequeña oficina, se podía observar al pigmeo sentado en una de las dos sillas frente al escritorio, tenía las piernas cruzadas, con una rodilla sobre la otra, el ceño fruncido y los brazos cruzados, su mirada estaba centrada en la ventana.
Por su parte, el agabardinado chico estaba sentado en la otra silla recargado sobre el respaldo con la espalda jorobada, cruzado igualmente de brazos pero las piernas separadas, en el caso de este joven su mirada era de fastidio y dirigida hacia el subdirector, quién por su parte solo estaba inclinado hacia enfrente con los codos sobre el escritorio y las manos en sus sienes, esperando a que los gritos eufóricos y exagerados de la profesora terminaran.
-¡Es completamente inaceptable!¡No puedo creer que estos chicos aún sigan aquí después de lo problemáticos que son!- Se escuchaba al ser gordo femenino.
-De acuerdo obtendrán una sanción profesora, usted no se preocupe por ello- contestaba el hombre con la intención de calmar a la mujer.
-¡No quiero que vuelvan a tocar mi comida estas escorias!
Al momento en que esta frase terminó de ser pronunciada, la mirada de Zim que estaba completamente perdida en la ventana, volteó de forma rápida y furiosa hacia la mujer que se encontraba detrás suyo.
-¡Me acaba de llamar escoria!¡No diga más, la que de por si no debería tocar comida de nuevo es usted humana gorda y decrépita!
Todos los oyentes se quedaron atónitos ante la reacción del chico de baja estatura.
El silencio se hizo nuevamente presente, lo único que se podía escuchar era la ira acumulada de la mujer, si fuera una caricatura probablemente ya le estaría saliendo humo por los oidos mientras su cara se inundaba como un termómetro a punto de estallar.
- ¡¿Pero quién te has creído enano para hablarme de esa manera?! ¡Soy tu profesora y respeto me debes!
- Perdone pero el maravilloso Zim jamás respetará a una bestia tan repugnante y primitiva como usted o cualquier otro humano - Respondió el enano aún con su cara de furia y con un tono de superioridad en su habla
El subdirector y el chico de cabello negro solo observaban el espectáculo, el hombre de edad mayor tenía los nervios de punta, esperando anciosamente que alguno de los dos gritones cayara para poder interrumpir. Mientras, el chico solo se divertía y se moría de risa por dentro.
- ¡YA ESTUBO AMBOS ESTAN SUSPENDIDOS!- Grito la gorda dando un fuerte pisotón haciendo que retumbaran los diplomas enmarcados que colgaban de las paredes de la pequeña oficina.
- ¡¿Pero qué demonios hice yo?! - Reprochó el chico de gafas mientras rompía su pose y su mirada de diversión.
- ¡Como si no se supiera que bien que te divierte los comentarios de este muchacho! - Contestó señalando al chico de piel verde
- ¡Zim! ¡Discúlpate con la profesora! A una mujer jamás se le debe decir gorda o vieja, no importa que tan obesa o anciana esté...
Dicho esto se cubrió inmediatame la boca ante tal idiotez que acababa de cometer, al parecer Dib no tenía mala suerte solamente era un idiota... MUY idiota.
- ¡¿Y todavía preguntas que demonios hiciste?! ¡Ustedes dos son todos unos íconos del desastre! ¡Pero estoy más decepcionada de tu parte Dib! Eres mejor que esto, tienes un cerebro para algo mucho más importante, o eso creíamos todos... supongo que para ser un Membrana no te queda muy bien la fama de "espectaculares y genios"
El agabardinado simplemente bajo la cabeza con algo de molestia y euforia girándola un poco hacía la pared, con su mirada cristalizada. Al parecer esas palabras, a pesar de provenir de una mujer que no había hecho mucho en su futuro, lo habían logrado lastimar.
ESTÁS LEYENDO
No te amo, pero eres MIO (PAUSADA)
FanfictionEs esa historia en la que pasas de ser un cero a la izquierda en la vida de todos con solo un propósito que todos ignoran, a ser alguien sumamente importante para una ... ¿Persona? Bueno, un alien que se suponía debías destruir. Se supone que para...