Lo odio... Parte 2

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Las semanas siguieron corriendo y el par de chicas comenzaron a verse más seguido, y a pesar que en aquella visita de secundaria a prepa les tocó a los Membrana juntos, al terminar cada día de la semana solían caminar juntas a algún lugar apartado de la civilización siempre acompañadas del chico de cabellera verde que se auto-invitaba a las salidas de las chicas. Al inicio les era molesto el tener que soportarlo, pero eventualmente comenzaron a acostumbrarse a su presencia, tanto que ya hasta llegaban a esperarlo en la salida, pero obvio el ego de ninguna les permitiría admitir por nada en el mundo que el sujeto les agradaba.

Poco a poco comenzaron a generarse algunos lazos de confianza sin que se dieran cuenta, sólo había ocasiones en que cuando uno de los tres llegaba a sentirse sumamente mal, buscaba refugio y apoyo con el otro par. Incluso la chica llegó a comentar con ellos el hecho de sentir algo de pena y una muy leve sensación de... ¿Preocupación?... Así es, la chica admitió ante ellos dos que si podía llegar a sentir una leve pizca de preocupación por su hermano en el momento en que Zim y él se habían distanciado, a lo que este par le habían aconsejado de maneras muy... Peculiares, cada una ligada a su respectiva personalidad, pero la gótica aún así optó por no interferir en esa relación.

En una ocasión hasta llegó a preguntar si alguno de ellos conocía a quien había golpeado abruptamente a su hermano.

El punto era que por fin la chica estaba encontrando un lugar en el que se sentía aceptada y que encajaba a la perfección, compartían hobbies y gustos. El sujeto recomendaba libros extraños a las chicas, la mayor compartía canciones que amaba y la gótica proponía las películas.

Se sentía cómoda y tranquila, sin embargo no era todo lo que sentía, muy en el fondo un sentimiento que ella creía imposible se estaba comenzando a generar, pero ella no los había notado hasta que llegó aquella dichosa fiesta de halloween.

El día en que el chico llegó con el póster en mano a proponer la salida a ese lugar la chica Membrana no tenía mucho interés, mejor dicho no tenía NADA de interés, pero no fue hasta que la de cabellera vino insistió con su presencia que logró acceder a la idea del chico.

La gótica no sabía cómo, desde cuando o el porqué de pronto se había vuelto tan susceptible a las peticiones de la mayor, había algo en su hablar que le hacía imposible el negarse a lo que ella le pidiera. Es por eso que al verla insistir en que participará en la salida no pudo decir que no, cosa que hizo que el par de mayores se alegrará al poder estar juntos.

Esa tarde, justo mates de salir a la fiesta, la chica de mirada miel realmente se había esforzado en arreglarse, quería verse linda aunque le costará admitirlo, cosa que aparente lo había logrado, pues al pasar a través de los inútiles celos de su hermano se sentía satisfecha por ello.

Había quedado de verse con él otro par a unas cuantas cuadras de su casa, ya que por suerte ahí era donde vivía Ray, el punto de reunión para todos. Así es no solo irían los tres a ese lugar, ya que aunque el trío era muy unido, los otros sujetos eran muy buenos amigos así que todo el grupo debía ir junto.

Camino por la acera viendo a todos los infantes correr de un lado a otro con disfraces sumamente malos pero sus pensamientos estaban tan distraídos en otro lado que no se burlo ni molesto a ningún niño presente. En sólo cuestión de minutos llegó a aquel hogar, parecía ser de gente adinerada ya que la fachada era elegante y bastante amplia pero la sencillez del chico no parecía ser la de un ricachón fanfarrón, esto realmente sorprendió a la gótica pero omitió alago alguno. Al entrar notó que casi todos estaban presentes, bueno casi, solo faltaba la presencia de la chica amargada pelirroja y del cantante de la banda, Craigh, a quienes esperaban sentados en la sala lujosa del lugar.

Al paso de unos pocos minutos el chico había llegado, siendo recibido por el anfitrión.

- Bien es hora ¡Vamos a embriagarnooos! - gritó el dueño de la casa disfrazado de momia mientras alzaba las llaves de su camioneta, levantándose todos de sus lugares y caminando a la entrada. La gótica se alteró un poco pues aún faltaba la chica de mirar violeta

No te amo, pero eres MIO (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora