No te amo, pero eres MIO (PAUSADA)

¿El alien quería respuestas? ... Pues ya las tenía...

Como era de esperarse, la poca confianza del alien duro solamente hasta que llegó a aquella puerta de madera.

¡HEY! ¿Qué no era el magnífico e inmutable Zim?

Era sumamente inaceptable que algo tan insignificante como un humano cualquiera fuera lo que lo pusiera en ese estado, la única ocasión en la que había sentido algo parecido a los nervios había sido cuando se presentó por primera vez a sus más altos, pero ni si quiera en ese momento se había quedado tan inmóvil como lo estaba ahora, tal vez porque eran distinto tipo de nervios o bueno diferente motivo.

Tragó saliva y alzó su puño para dar llamado, el cual fue acudido unos segundos después por la fémina tenebrosa.

- Bien esto no lo veía venir...  -habló la pelimorada de mala gana como siempre se le escuchaba mientras le miraba ligeramente sorprendida aun con una ceja alzada   - En fin ¿Qué demonios es lo quieres Zim? -

- Entrar ... - de forma directa y rápida contestó el enano irken, a lo que entre suspiros y un par de segundos de espera, la chica le permitió hacer, retirándose del marco de la entrada dando gruñidos

Al paso de unos instantes el irken procedió a entrar al lugar, hacía mucho tiempo que no entraba pero todo parecía normal como era de costumbre, excepción de unos cuantos robots e inventos nuevos que estaban por el hogar.

La chica caminó directamente hacia la cocina, donde tomó de nuevo el asiento donde se encontraba anteriormente junto a una taza de café frío y su libro no identificado de lectura.

El alien tomó el borde de su túnica y la estrujó entre sus puños, siguió su camino subiendo las escaleras, a pesar que eran las mismas de siempre, sintió como si solo hubieran sido un par de escalones. Pasó por el pasillo, cruzando su mirada sobre un espejo posado sobre una de las paredes, en eso tomó unos segundos para observar su reflejo

Ese rostro de desesperación e incertidumbre que se pintaba sobre su cara le parecía muy familiar, como si ya lo hubiera visto en alguien más anteriormente, en eso los recuerdos llegaron. Efectivamente ese rostro ya había estado presente antes en su vida, solo que en ese entonces quien lo poseía era un humano de piel pálida y ojos ámbar, a la orilla de su puerta tomando su mano...
   
    
    
    
    

¿Todo esto lo causa tu amor por Zim?
 

Fue lo que en ese momento hacía que el humano se sintiera así...

Entonces... ¿Todo esto lo causa su amor por Dib?
  
   
   
   
    
    
    
     
     
    
    
     
     

JAJAJA OBVIO NO

Es totalmente imposible, los irken no son capaces de sentir esas porquerías... O al menos no se ha tenido registro alguno, ni si quiera es mencionado en el entrenamiento la posibilidad de esto

Así que básicamente esa probabilidad de "el amor" es totalmente nula y absurda, a menos que ...
       
   
   
    
   
¿Será una enfermedad?
No lo creo, si así lo fuera, los humanos no son tan idiotas como para buscar una como locos.

¿Entonces porque actúa y se propaga como si lo fuera?
  
  
  
  
  
En fin.
Ese no era el problema a resolver en estos momentos, el problema era enfrentar al idiota humano, quizá esa sea la "cura" a su forma de sentir.
   
   
    
Volvió a retomar el camino hasta topar con esa puerta que daba entrada a un mundo lleno de investigaciones paranormales, tragó un poco se saliva y de una sola patada furiosa abrió aquella habitación, una habitación tan oscura que la poca luz que entraba por esa ventana no era suficiente para que se viera un poco más que solo siluetas.