Tu solo espera

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Suspiro profundo.

Contacto visual.

Contacto de manos.

Un acercamiento y ...
 
 
 
 
Esta serie de pasos son muy útiles para muchas situaciones, un pésame, una pérdida, una felicitación, un beso.

Esas y otras más, pero en esta ocasión era más que necesaria para el azabache, el cual estaba nerviosamente ansioso planeando, había hecho miles de llamadas, miles de tratos en tan solo unos minutos, nunca esperó tener tan poco tiempo para organizarlo todo, pero el estaba seguro que todo saldría bien, era su primera cita, la cual sería maravillosa

De eso se encargaría él mismo

Al paso de unos cuantos minutos de espera desde que había dejado tal establecimiento, la puerta sonó y la sangre hirviendo del chico subió instantáneamente hasta sus mejillas, tomó lo más rápido que pudo un par de notas y las guardo bajo su manga, despeinó un poco su cabello, arregló sus gafas y bajo las escaleras resbalándose por la barandilla.

Llegando a la sala dio un gran suspiro y abrió la puerta encontrándose así justo con una simple broma de mal gusto, justamente no había nadie esperándolo.

Molesto, cerró la puerta y bufó de fastidio cuando en eso se escuchó un vidrio rompiéndose y restos cayendo sobre el suelo. Extrañado y alerta corrió escaleras arriba buscando la procedencia de aquel sonido, sorprendiéndose al ver que su origen se encontraba en su propia habitación

La acababa de dejar hace unos segundos y ¿pasó eso?

Decidido y lleno de coraje, abrió la puerta de forma amenazante, no debía permitir que algo arruinara ese día. Para su sorpresa a quien encontró levantándose de entre esos vidrios rotos no fue nadie mas que su cita de esa noche

- Vaya forma de entrar ¿ehh? jajajaja si que te gusta hacer las cosas de forma única - habló en tono sarcástico y burlón mientras el alien sacudía su túnica del polvo y los pequeños restos de vidrio    - ¿Qué no sabes que para eso se inventaron las puertas?

- Me orillaste a entrar por aquí, llamé a tu puerta pero tardaste años en responder, así que entre demostrando mi autoridad usando tu ventana   - su voz sonaba tiernamente enfurecida, por su parte el agabardinado se limitó a reír un poco mientras sonaba su nariz con unos leves "snort"

- Bien pero ahora me debes un nuevo vidrio para mi ventana ¿Sabes? 

El alien no respondió ante tal comentario, solo gruñó un poco por lo bajo y comenzó a caminar a la planta baja de la casa, siendo seguido por el chico de gafas. Una vez fuera de la casa del agabardinado caminaron unos minutos mas sobre la acera de la calle, ambos acompañados de ese típico silencio, pero no del incómodo, sino de ese que se siente agradable aunque ligeramente nervioso, y no solo por parte del mechón con guadaña sino que cierta parte era aportada por el pigmeo verde.

- Dib gusano... ¿Qué se hace en las "citas?  - Se podía notar su cierta incertidumbre y ansiedad a lo que el chico humano volteo dedicándole una tierna pero coqueta sonrisa al pequeño

- Tu tranquilo, confía en mí, yo me encargo   - Seguido a esto le guiñó un ojo, por lo que el invasor involuntariamente pintó leve sus mejillas asintiendo con el ceño fruncido y siguiéndole el paso al más alto.

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Al paso de unos minutos el agabardinado se detuvo en seco haciendo que el enano lo imitara, en eso, el  alien miró el establecimiento sobre el cual el chico se había detenido, al parecer era un restaurante. 

No te amo, pero eres MIO (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora