¿Acaso los aliens podían ser masoquistas?

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- Estados vitales estables ... Subministrando sustancia ... Esperando resultado ...

La base estaba desordenada, oscura y algo más tétrica de lo que se acostumbra ver, en el centro había una especie de quirófano pero con tecnología mas avanzada, había un par de brazos mecánicos bajando del techo mientras había otro par saliendo del suelo de la base. Sobre la camilla se encontraba el ser extraterrestre acostado con una gran luz iluminando su piel verdosa desnuda que se mostraba en la parte superior de su cuerpo, por la parte inferior solo contaba con ese par de pantaloncillos de un material que aparenta látex negro mientras sus botas de cuero seguían en su lugar de siempre.

Uno de los brazos superiores del techo portaba un especie de aguja con una sustancia algo viscosa y ligeramente transparente, el otro brazo superior portaba el pak des-instalado del ser sobre la camilla, mientras que con los brazos inferiores uno portaba una especie de cronómetro con una cuenta regresiva que ya no tenía más de 6 minutos para que terminara, por su parte el último de estos contaba con una especie de botiquín de emergencias pero con tecnología avanzada.

La cuenta de cronómetro disminuía mientras GIR solo estaba sentado en una parte rodeada por cinta de precaución limitando el área por donde este podía pasar, tenía una mirada de preocupación mientras abrazaba su cerdo de peluche.

Al paso de unos segundos el alien se sentó sobre esa camilla, con la mirada seria pero ligeramente esperanzada y preocupada a la vez. Un escaner salió de uno de los costados de la habitación y lanzó una luz roja parpadeante que recorrió todo su cuerpo.

La computadora comenzó a analizar rápidamente los resultados, el tiempo corría y una luz de alerta se encendió justo cuando el cronómetro marcó que quedaban menos de 3 minutos.

Más luces provenientes de la pantalla se encendieron mientras que el monitor de la computadora daba una señal negativa a los resultados, por su parte el alien comenzaba a retorcerse de un dolor inaguantable mientras desprendía un poco de humo a través de su piel por todo el cuerpo. Inmediatamente la aguja de sustancia transparente se insertó en la piel del alien mientras el temporizador ya iba en los 50 segundos restantes.

Mientras tanto en la parte superior de la base, justo en el jardín artificial para ser exactos, estaba un chico de gafas parado frente a esa puerta púrpura, dando un llamado a esta esperando con emoción y algo de burla la salida de su amado, ya que quiso adelantarse a la hora acordada de verse, para que al momento en que el alien saliera de su base se sorprendiera al ver su asombrosa y nueva puntualidad.

Era el primer 31 de octubre que pasarían juntos así que quería que el enano estuviera lo más relajado y cómodo posible, para eliminar de una vez ese pánico que le invadía cada que la fecha se acercaba.

En eso un desgarrante grito de dolor borró toda rastro de sonrisa que el chico pintaba, intento tranquilizarse un poco "Es el grandioso Zim" se decía a sí mismo, pero los nervios no le dejaban bajar la guardia. Espero un momento más, quizá GIR no tardaba en llegar a abrir la puerta y reír como maníaco, pero eso no pasó, solo se escuchó un grito más, igual de desgarrador que el anterior a lo que el humano toco desesperadamente la puerta sin recibir respuesta a su llamado.

En la parte subterránea, tras unos segundos sumamente vitales de espera, el alien logró calmar su reacción y respiración pero el dolor aún no desaparecía de su rostro y sus garras que se enterraban sobre a camilla.

- 15 segundos para el fin - alarmó la voz de la computadora mientras procedía a instalar rápidamente el pak del alien sobre su espalda. Seguido a esto, el brazo que contaba con el equipo de emergencia comenzó a hacer análisis vitales al dueño de aquella base.

- Unidad vital reinstalada, estados de conciencia... 72%, respuesta a los reflejos... Estable, resultado del experimento ... Total fracaso

El irken completamente exhausto, con la respiración y corazón acelerados, bajó lentamente de la camilla sosteniéndose de la orilla del colchón, sus piernas temblaban y el dolor permanecía aún, pero su orgullo era más fuerte que nada por lo que dio su mayor esfuerzo para intentar caminar, hasta donde el monitor se encontraba.

No te amo, pero eres MIO (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora