Un enfrentamiento peligroso de dictadores despiadados...

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La adorada canción terminó para seguir una mas estruendosa que retumbaba las bocinas pareciendo que explotarían en cualquier momento. El resto de los adolescentes aparecieron saltando agresivamente, por un momento la pareja había olvidado que no estaban solos, al contrario. El irken comenzó a irritarse nuevamente por lo que el humano optó a abrir paso entre la multitud para poder sacar a su amado de ese tormentoso lugar.

El de gafas los guió a ambos hasta un lugar donde había unas sillas altas frente a una barra, un chico disfrazado de zombie estaba sirviendo bebidas a todo aquel que le pidiera. El del mechón de guadaña procedió a pedir de beber siendo atendido al instante. Apenas y dió un sorbo y un gesto de ligero desagrado se pinto sobre su rostro

-Wooow esto si que tiene demasiado alcohol... - habló para si mismo el chico mientras escuchó una voz muy familiar aparecer a solo un par de personas a su derecha

- Dame dos, pero esta vez bien hechas, no quiero niñerías - se escuchó la voz reclamar con amargura

- ¿¡Gaz!? - gritó en sorpresa pero la chica gótica ni siquiera captó la presencia de su hermano

El chico inmediatamente soltó la bebida que traía y bajo rápidamente del asiento totalmente decidido a detenerla. El irken solamente lo miró confundido mientras lo tomaba por el hombro deteniendo su caminar

- Espera Zim, debo ir por ella, es demasiado chica para estar en un lugar como este... - respondió molesto y con su rostro reflejando seriedad total

- Dib gusano... ¿Si recuerdas que ella solo es un año humano más joven a ti verdad? - habló en tono de ironía mientras recargaba sus codos sobre la barra y sostenía su barbilla con su palma izquierda mirando seductoramente al chico gótico.

Este solo se quedó pensando un momento, analizando muy poco lo que el sujeto verde le acababa de decir, más bien estaba pensando en si debería interrumpir lo que sea que ella estuviera haciendo arriesgándose a recibir una paliza por ella cuando estén ambos en casa, después de todo debe hacer algo al respecto, quizá no son los mejores hermanos pero aun así son familia.

Zim al notar que el humano lo estaba ignorando completamente, decidió soltar agresivamente el brazo del chico para dejarlo marcharse, y es que ambos tenían algunas cosas en común, entre esas estaba el ser sumamente tercos y determinados.

- ¡Anda lárgate ya! Y no pienses tanto con tu colosal cabezota gusano molesto - hablo el irken dando una palmada en la espalda al de gafas alentándolo a ir hasta donde la chica Membrana estaba.

Una vez que el del mechón guadaña partió tras su hermana, el invasor pudo notar una mirada ligeramente insistente de alguna parte del lugar, no sabía exactamente de donde, pero algo o alguien lo estaba examinando con una mirada potente, pero era demasiada gente en ese lugar, cada una con trajes sumamente exóticos que era difícil saber el paradero del sujeto que le miraba.

Pasaron unos minutos desde que perdió de vista su pareja, no estaba alertado, pero algo no le cuadraba, un mal presentimiento recorría su ser, pero no sabía exactamente por que motivo. En eso, giró levemente su cabeza hacia su derecha observando a lo lejos un grupo de humanos conocido.

No era nadie más que el famoso Torque y su banda de futbolistas vampiros con su indispensable equipo de porristas sexys acompañando a cada uno de los bravucones.

¿Eso era de lo sentía qué debía tener cuidado?

No era la gran cosa, de hecho ni siquiera eran considerados una amenaza para el enano... en cambio el SI era de peligro para ellos, puesto que no iba a dejar pasar lo acontecido con su humano hace unas semanas.

No te amo, pero eres MIO (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora