Sus cabellos se movían a medida que se movía a través del agua, empujados fuertemente por ésta chocando contra su cuerpo, una sonrisa dibujada en su rostro. Hacía mucho que no disfrutaba momentos así con sus amigas, y quería disfrutarlos tanto como fuera posible, aunque sólo fueran unos pocos minutos.
-Son unas lentas. Hasta un muerto les habría ganado -dijo Lynna, apenas llegaron.
-Eso quiere decir que ganaste sólo porque somos lentas, -contestó Dionne, con rapidez, señalando a la pelirroja con un dedo. -Si hubieras jugado contra Darya, de seguro te habría ganado -pausó para mirar en dirección de Adrianne, -. Y eso que es la peor jugando carreras.
Ganó un golpe de parte de Brooke.
Esos tiempos eran buenos. Podría pasar todo el día y ellas ni se habrían enterado. Tenían ese lugar secreto donde casi nadie iba, y ahí pasaban mucho tiempo juntas, sobre todo cuando eran unas niñas. No era la gran cosa, de todas formas. Sólo los restos de una embarcación, cuyas partes llegaban a la superficie, y entonces podían sentarse allí y hablar, reír, y molestarse unas a otras, sin darse cuenta de que el mundo seguía andando.
-Y... ¿cómo te está yendo con ese chico, eh, Zale? -preguntó Nereida, una sonrisa pícara dibujada en su rostro.
La rubia solo rió. -Su nombre es Zayn.
¿Cómo le estaba yendo con él?
Habían pasado algunas semanas desde que Zayn le había contado, y se habían vuelto más cercanos. Mucho más cercanos.
Él había ido algunas veces a verla, quería saber más. Más sobre lo que le estaba ocurriendo. Ella tenía las respuestas, estaba seguro de ello. Y aunque no las tuviera todas, sabía más que él, de todas formas.
-Entonces, cuéntame un poco -le pidió él, sentándose en uno de los sillones del departamento de Brooke, al tiempo que ella apoyaba dos tazas de café sobre la mesa de centro.
-¿Un poco de qué? -rió ella. Siempre tenía que contarle un poco, y siempre era un "poco" distinto.
-De su forma de vida. ¿Cómo viven? -preguntó, tomando un sorbo de café de su taza. -No creo que sea en un reino, hablando con pececillos y casándose con príncipes o hundiendo barcos. -bromeó. Una tímida risa asomó por el rostro de Adrianne.
-Bueno, en un principio éramos nómadas. Algunos todavía lo son, pero no todos. Vivimos en grupos. Obviamente no todos tienen las mismas características.
-¿Y el tuyo? ¿Cómo viven en el tuyo?
Sonrió ante la pregunta, acomodando un mechón de cabello detrás de su oreja.
-Estamos instalados aquí. Algunos tienen casas en tierra, pero pasamos la mayoría del tiempo en el agua. -comenzó, depositando la taza de café sobre la mesa, junto al libro de alemán, ya que supuestamente iban a estudiar. Aunque, claramente, eso no estaba en sus planes. -Yo vivía con mi hermana y mi madre. Mis padres están separados -explicó. -. Vivíamos en el agua, no teníamos casa aquí. Sin embargo, veníamos a visitar a algunos amigos, a veces. Algunas de mis amigas, en cambio, tenían una casa aquí, y aún la conservan.
El moreno sonrió, su cabeza bajando, luego subiendo para tomar otro trago de café.
-Pero... -comenzó, al momento que la duda lo asaltaba. -Si no vivías en tierra, ¿porqué ahora sí?
Esa pregunta tomó por sorpresa a la chica de ojos claros, una mezcla de furia, sorpresa y nervios consumiendo cada una de sus células, una por una. Su espalda se endureció, sus manos comenzaron a temblar. Mordió su labio. Sus manos se movieron nerviosas hacia su cabello, tomando un mechón, comenzando a darle vueltas. Su pierna se movía de arriba a abajo, temblorosa, y dirigió la mirada al suelo.
-Eh, um, yo... eh... -balbuceó, las palabras torpes en su boca, escapando sin permiso antes de ser procesadas. Tomó una bocanada de aire. -Me obligaron a venir aquí.
Una cara de confusión apareció en el rostro de Malik. ¿Porqué la habían obligado? ¿Acaso había cometido un crimen, o algo parecido? La examinó con la vista. No, ella no podía haber cometido un crimen. Parecía estar en contra de las leyes impuestas en su grupo, pero no. Era imposible que fuera en contra de la ley. ¿Acaso eran sus familiares quienes la habían obligado? ¿Habrían tenido una pelea? Esa era una posibilidad. Cualquiera tiene una discusión con su familia. Pero no es el tipo de discusión donde te echen de la ciudad. Entonces... ¿porqué estaba ahí? ¿Qué había pasado?
-¿Porqué fue eso? -preguntó él, confundido.
-Cuando... cuando un humano se transforma, alguien debe vigilarle un tiempo -explicó, aún jugando con su cabello.
El moreno bajó la mirada.
-Así que es mi culpa -dijo.
-¡No! -se apuró a decir Adrianne. -No fue tu culpa.
Y no era su culpa. En absoluto. Era culpa del maldito sistema. Era culpa de tener que mantenerse ocultos. Era otra obligación. Pero ésta, en particular, no le estaba molestando tanto. Estaban llegando a conocerse.
-La culpa es mía -dijo ella, luego de un pequeño silencio.
Y lo era, en parte.
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Más azul que el mar ©️[mermaid au] [zayn]
أدب الهواة«Y ahí estaba ella, tan irresistible en su vestido blanco, mirando el mar, probablemente pensando qué le quedaba ahora. Y se veía tan hermosa. Sus lágrimas, corriendo por su cara, la hacían aún más linda. Sus cabellos, alborotados y sin peinar, la h...