Capítulo 3.

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No podía ser. Simplemente no podía.

¿Porqué tenía que ser ella, justo ella, quien se sentara junto a él?

Casi nadie tomaba la clase de alemán. La mayoría elegía francés, o inglés. ¿¡Entonces porqué estaba ella en la clase de alemán?!

Rezongando, Zayn caminó hasta el asiento, arrastrando sus pies por el suelo, y se desplomó en la silla. El destino estaba en su contra, definitivamente. Primero, ponía su mundo cabeza abajo, haciéndolo aprender a vivir de otra forma, completamente distinta. Luego, le ponía a esa chica en el camino, atormentándolo todos los días tan sólo con su presencia. Y ahora, ¡tenía que sentarse junto a ella por dos horas! ¡Tres veces a la semana!

Muchas gracias, destino, pensó.

-Öffnen Sie in Ihrem Handbuch auf Seite zweiunddreißig.

Las palabras sonaron duras en los oídos de Zayn, viniendo de la boca de Furtwängler, sin entender una sola cosa. Resignado, sin opción, se acercó al oído de la rubia, y susurró:

-¿Qué demonios acaba de decir? -sus palabras sonaron firmes para la chica de ojos azules, mas suaves al mismo tiempo, depositadas con una mezcla de cuidado y molestia.

Ahora fue ella quien se quedó quieta. ¿Porqué tenía que preguntarle justo a ella? ¡Había casi cuarenta estudiantes en el salón, y tenía que preguntarle a ella! Nadie prestaba atención. Muchos menos ella. ¿Porqué suponía que ella tendría la respuesta? Casi nadie entendía lo que Frau Furtwängler decía. ¿Porqué sería ella quien lo entendiera?

Molesta, contestó:

-No sé. Algo de abrir el libro en no-sé-qué-página.

Malik se resignó y abrió el libro en una página al azar. Largó un suspiro al verla. Todo lo que estaba escrito ahí parecía chino. Letras nuevas, gramática nueva, pronunciaciones nuevas, y él acababa de entrar a la clase, mientras que el resto llevaba ya casi un mes cursando. Su cabeza comenzó a dar vueltas al ver eso. Hasta los números se decían en un orden distinto. Será un largo año, se dijo.

No supo cómo, pero cuando quiso darse cuenta, ya era la una de la tarde,y todos iban hacia el comedor.

-Hey, mon pote! -la voz de su amigo Tomlinson sonó en sus oídos, tomándolo por sorpresa. El moreno respingó.

-Eres un maldito hijueputa. -dijo, pegándole en el brazo. - ¿Y qué mierdas significa eso, por cierto?

-"Hey, amigo" o algo por el estilo - contestó el castaño, haciendo una mueca. -. No me quedó muy claro. Usé un traductor cualquiera.

-Eso lo explica. -Malik se encogió de hombros.

Una hamburguesa con mostaza, un refresco y una mesa pegajosa. Sería una definición perfecta del almuerzo en la Universidad Pública del Pacífico, según el moreno.

Sus ojos se desviaron hacia la chica de ojos azules. Y con ella, volvieron sus pensamientos, entrando a su mente, perforándola, torturándolo.

Tomlinson había sido un idiota al decir que se separaran para buscar ayuda. Nada de "eso" habría pasado. Habría sido mejor esperar a la guardia costera.

¿Y si nunca llegan? Digo, no saben que estamos perdidos, recordó las palabras de su amigo.

Buen punto.

¿Porqué le había hecho caso? No estaría como estaba ahora.

Luego llegó la pregunta final:

¿Y si aunque le hubiera hecho caso, lo que pasaba seguía igual? Nadie podía garantizarle que lo hubiera sido. Tal vez, ella no tenía nada que ver con lo que le ocurría a él. "Claro que no lo tiene, imbécil", se dijo.

¿Pero entonces porqué sentía que sí?

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por lo que oyeron sus oídos.

Un splash, un grito de una chica. Y cuando volteó, la vio corriendo fuera del comedor.

Era ella.

¿Y si ella también...?

No podía ser.

Más azul que el mar ©️[mermaid au] [zayn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora