Capítulo 17

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Los rastros del lápiz iban suaves a medida que las manos de Brooke lo deslizaban a lo largo de la hoja. Las primeras líneas eran algo curvas, el grafito afilado contra la hoja, los juegos de sombras volviéndolo algo mágico. Sombras. Sombras eran lo que componían ese dibujo. Por aquí, por allá, no existiría sin ellas. Este pedazo de papel lleno de sombras, lleno de una historia, lleno de dolor.

¿Qué había hecho ella para merecer tanto dolor?

Había intentado ser buena, ser generosa, comprensiva, amable, amada. Lo único que había pedido era amor. Y lo poco que sentía era todo lo contrario, dolor.

Dudaba si poner su firma sobre el papel. Tenía todo un significado. Si lo hacía, habría terminado, habría dejado las cosas como estaban y no habría buscado una solución. Si no lo hacía, sólo haría del dolor algo infinito, sin final. ¿Era mejor dejarlo todo sin buscar una solución, para que todo acabase así? ¿Valía la pena dejarlo así y terminarlo con tanta indiferencia?

¿O debería buscar una forma de hacer de ello algo mejor?

Adrianne iba perdida en sus pensamientos, sin darse cuenta de los pájaros volando bajo el sol, de la vida que continuaba. Porque por más que ella lo quisiera, el reloj no iba a parar, y tal vez, el día que veas que realmente hubo algo que quisiste, ya no tengas la oportunidad de recuperarlo, porque no lo cuidaste cuando debías. No basta con gritar: ¡Paren el mundo, me quiero bajar! Tus gritos no serán suficientes, porque en vez de gritar, debes esforzarte en arreglar el mundo en el que vas.

Liam consiguió, sin embargo, parar los pensamientos de Brooke diciendo hola.

-¿Qué estás haciendo aquí? -preguntó ella, sin siquiera levantar la mirada.

-Quería ver cómo estabas. Fui a buscarte a casa y tu compañera me dijo que habías salido, y supuse que estarías aquí.

-¿Y qué te hizo pensar eso?

-Bien -dijo él-, antes te gustaba venir aquí a la playa y mirar el mar, era tu casa. -contestó.

Adrianne se levantó, limpiándose una lágrima con la mano.

-¿Sabes qué? -dijo. -Haces bien en decirlo así, era mi casa, era. Ya no lo es -hizo una pausa, dolida. -. ¿Sabes lo que cuesta pensar lo buena que era tu familia contigo y saber que ya no te hablan, que no se preocupan por ti? ¿Que jueguen en tu contra? ¿Sabes hace cuánto que no hablo con mamá? ¿O con Darya? ¡Ellas ya no se preocupan por mí, Liam! ¡Les doy vergüenza porque todo el grupo piensa que soy una irresponsable, una niñita boba y que no sé seguir unas estúpidas reglas! ¡Nadie se inmuta por saber que estoy dolida y todo esto es mi culpa!

Liam intentó interrumpirla. -Adrianne, sabes que esto no es tu cul-ella lo cortó.

-¡Sí lo es, Liam! -gritó ella, llorando desesperadamente. -Es mi culpa, porque fui lo suficientemente tonta para pensar que al dar una mano todo estaría bien. ¿No ves lo que ocurrió por eso? ¡Primero que nada, no podré volver más aquí! Segundo, Zayn no podrá entrar al grupo, jamás. Tercero, perdí a mi familia y a todo aquel que alguna vez me amó. Me tendrán vigilada día y noche, no podré ver a mis amigas, ni a ti, ni a Zayn ni a nadie. ¡Todo esto es mi culpa por pensar que, con algo de amor, no habría consecuencias malas! ¡He sido la idiota más grande en el planeta y soy la única responsable!

Era imposible saber qué estaba más húmedo, el mar o los ojos de Adrianne, llenos de lágrimas. Lo único que se escuchaba ahora era el sonido de alguna gaviota volando cerca, entrecortado por los sollozos de la rubia.

El dicho dice: da amor y recibirás amor. ¿Qué había hecho mal? Sentía que el mundo entero estaba en su contra, que no quedaba nadie de su lado y que no había forma de evitar que nada ocurriera. Estaba cayendo en un pozo sin fondo y, por más que gritara, nadie parecía escucharla.

Después de un rato, Liam tomó la palabra.

-¿Qué no lo ves, Adrianne? -dijo. -Esto no es tu culpa en absoluto. Sabes, a veces tienen que pasar cosas malas para que pasen cosas buenas. ¿Nunca te has parado a pensar que, si no hubieras tomado el turno de Darya, nunca habrías conocido a Zayn? ¿Qué nunca te habría amado si no te hubieras equivocado?

-Ella me traicionó, Liam.

-Hay que admitir que su actitud no fue la correcta. De todas formas, ese no es mi punto. Tú tampoco respetaste la regla de que tenías que decirle a Zayn que podía venir al grupo. Pero al hacer eso, en realidad demostraste que para ti no era eso necesario para amarlo. Inconscientemente, le estabas diciendo que querías estar con él de la manera que fuera. Que lo amabas incondicionalmente.

-Pero mi estúpido amor nos llevó a la pérdida, Liam.

-¿Quién dice eso?

Brooke lo fulminó con la mirada.

-Quiero decir, Adrianne, no todo está perdido. Lo último que debes perder es la fe.

-¿Y qué si ya la perdí, Liam? -dijo ella, volteando hacia él.

-Búscala.

Más azul que el mar ©️[mermaid au] [zayn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora