Más azul que el mar ©️[mermaid au] [zayn]

Capitulo 18

(N/A): este no es el capítulo final, queda uno más. Para más lágrimas se recomienda escuchar "Shouldn't come back" de Demi Lovato, "Torn" de One Direction o "Impossible" de Fifth Harmony (Lylas)

La rubia despertó temprano el domingo, más de lo que le habría gustado.

No era un amanecer lindo, como esos de los libros. La chica salió de su sueño por los suaves rayos de Sol que se colaban por la ventana, las mantas de su cama tan acojedoras... Era todo menos eso. Era una mierda. Sentía como si la puerta de su habitación fueran los barrotes de una celda de prisión, y quien la tocaba, el guardia que le cortaría la cabeza.

No era muy distinto, de todas formas.

Reconoció las voces al instante. En un primer momento, pensó en cuánto extrañaba hablar con ella. Tenía ganas de sentarse con ella y contarle lo mierda que había sido el otro día, preguntarle si se le ocurría algo que pudiera hacer, y simplemente recibir un abrazo. O preguntarle cómo estaba todo, si todo iba bien con su novio, cómo había ido la cena de Navidad con mamá, o simplemente poder pensar que todo estaría bien y no equivocarse al pensarlo. Pero no.

¿Qué había pasado con el mundo? Estaba patas para arriba. ¿Para qué había ocurrido todo esto? ¿Es que el universo estaba intentando burlarse de ella? Porque de hecho, lo estaba logrando muy bien. ¿Porqué lo hacía? A ella no le parecía gracioso, en absoluto. No había nada de gracioso en separar a una chica de su familia entera, enamorarla de un chico y luego arrebatárselo. No había nada de gracioso en dejar a un niño perderse en el parque. No había nada de gracioso en decirle gorda a una chica anoréxica. No había nada de gracioso en robar la comida de un soldado. No había nada de gracioso en lastimar a la gente. No había nada. Nada de nada.

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-Cuando volvamos abajo, fíjate bien. Es hermosa, pero no la toques, puede matarte. -dijo Darya a su hermana, la tarde en que encontraron una medusa cerca del arrecife.

-¿Y si la toco sin querer? -preguntó la menor, con miedo.

-No la tocarás, yo estaré cuidándote.

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-Mamá, este es mi novio, Harry -dijo Darya una tarde.

El chico saludó, acomodándose el cabello rebelde con una mano.

-Es un placer -dijo Styles.

-El placer es mío -respondió la mujer. -, y lo será aún más grande el día que esta pequeña traiga a su hombre a casa. -le guiñó un ojo a la rubia.

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-¿Darya? -preguntó la menor, mirando al cielo.

-¿Sí?

-¿Qué pasará el día que tú o yo nos separemos? ¿Me querrás igual?

-Yo siempre te querré, peque. Siempre.

-¿Y me cuidarás?

-Te lo aseguro.

Una lágrima cayó por la mejilla de Brooke.

¿Qué había ocurrido con todos esos momentos? ¿Porqué ya nada era lo mismo?

Sentía como si se hubiera quedado sola en este mundo. Era prácticamente la verdad. No tenía nada. Había perdido a su familia, y pronto perdería lo poco que le quedaba.

Y ese pronto no estaba muy lejos.

No tuvo el coraje de vestirse. No tuvo el coraje de levantarse. No tuvo el coraje de siquiera llorar. Nada de lo que hiciera valdría la pena, era en vano. Era en vano llorar, porque sus lágrimas no sanarían sus heridas. Era en vano gritar, porque nadie la escucharía. Era en vano correr, porque no podría escapar. Era en vano respirar, porque estaba muriendo por dentro. Y era en vano existir, porque nadie creía en ella.

Era extraño el pensar que nada sería lo mismo. No volvería a ver el techo de su habitación, un poco mal pintado, ni escucharía la voz de Furtwängler perforando sus oídos, ni volvería a ver a Zayn...

Ni volvería a vivir.

La puerta sonó tres veces. No tuvo ánimos para atenderla. Sabía quién se encontraba tras ella. Al ver que Adrianne no atenía, abrió él.

-Hola, Harry. -dijo Brooke, tendida en el suelo, jugando con un mechón de cabello.

-¿Lista? -preguntó él.

-¿Puedes darme un rato para despedirme de mis amigos? -preguntó la rubia, con la voz quebrada.

-Les diré que te despidan en la playa. Vamos.

Adrianne miró su habitación una vez más, nostálgica, y limpiándose una lágrima del rostro, salió, para no volver nunca más.

Realmente lo extrañaría.