Capítulo 12

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Su mano se acercó hasta la taza de café, el vapor saliendo lentamente y luego desvaneciéndose en el aire, mientras largaba un largo suspiro. Liam aún no llegaba, y ya se estaba hartando de estar ahí, sentada, esperándole para escuchar un largo sermón sobre quién sabía qué, cuando podría estar en su cama leyendo algo o con sus amigas entreteniéndose un poco. Comenzó a revolver el café con la cucharita, preguntándose porqué querría tener 'una charla' con ella.

Una charla con Liam no era ir y hacer un picnic mientras miraban los pajaritos y hablaban de las cosas que compraron en el supermercado. No. Una charla con él significaba que habías metido la pata y que iba a leerte una Biblia entera sobre cómo lo que hiciste estuvo mal y que tienes que solucionarlo. Al menos eso le parecía a Brooke. Ya había tenido una charla con Payne hacía unos meses atrás, y habiendo comenzado a las cinco, terminaron casi a las once de la noche.

Finalmente el timbre sonó, y Adrianne agradeció haberle dicho a su compañera de habitación que fuera a casa de su novio. Abrió la puerta y ahí estaba un Liam con cara seria pero intentando parecer amigable, como cuando visitas el psicólogo porque tienes problemas para controlar la ira y él tiene que decirte que lo que hiciste está mal pero no quiere que le arrojes una silla por la cabeza.

-Pasa -dijo ella, tratando de no plantarle una expresión que dijera todo lo contrario: vete.

Liam pareció entenderla, porque trató de tener sumo 'tacto y amabilidad'. Intentó siquiera no rozarle cuando pasó junto a ella, en caso de que mordiera. Tal vez estaba siendo un poco exagerado, sí.

-Bien, ¿qué es esta vez? -preguntó la rubia, tratando de ser directa. Ya sabía que venía a reprenderla. Había preparado café para días, por las dudas.

Payne miró el suelo, miró la punta de la mesita de centro, miró la mosca que chocaba contra la ventana en un intento por salir, miró sus manos, miró el techo, y finalmente consiguió mirar a Adrianne. Sus ojos, aún tan azules como siempre, reflejaban una expresión que decía perfectamente: dime qué quieres y lárgate. Trató de encontrar las palabras indicadas, para que no lo matara ahí mismo. Luego de más o menos dos minutos, se atrevió a pronunciar algo.

-Sé lo que te han dicho en el grupo. -murmuró, tan bajito que apenas él mismo pudo escucharse.

La rubia levantó la mirada instantáneamente, lo único que cruzaba su cabeza era: mierda mierda mierda mierda. Luego se dio cuenta de que no debería haberse sorprendido: tarde o temprano iba a saberlo. Aunque le hubiera pedido a todos que no lo dijeran, ¿de qué serviría? No es posible evitar que el mar toque la arena. No es posible evitar que la gente se entere de los rumores, y mucho menos si son verdad.

-¿Y qué? ¿Qué vienes a decirme? -soltó de repente, harta de todo, soltando la rabia que había estado guardando durante semanas. Era tanta, tal vez le llegara hasta las uñas. -"¡Oh, Adrianne! ¡Has sido una irresponsable, cómo has podido! ¡Sabía que esto ocurriría, viniendo de semejante niñita boba!" -lo imitó, descargando todas sus emociones juntas. Estaba harta, harta. Su rabia subía desde su dedo chiquito del pie hasta la punta de sus pestañas, trayendo consigo tristeza y tantas emociones juntas... nadie la comprendía, nadie la escuchaba, nadie se preocupaba.

-Sólo vine a decirte que... no te preocupes por el grupo -dijo Liam, tratando de calmarla, tan bajito que tenía miedo de que lo mordiera. Brooke alzó una ceja. ¿Qué...? -Todavía te queda un tiempo, aprovéchalo.

Dicho esto, le guiñó un ojo, se levantó, le dio un golpe en la espalda y se fue.

A Adrianne le costó darse cuenta de lo que ocurría. No la había sermoneado. No la había criticado. La apoyaba.

Se había preocupado por ella.

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(N/A):

Multimedia: ¡Adrianne! Asdfghjklñ es tan perfecta *-*

Más azul que el mar ©️[mermaid au] [zayn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora