¡Serpientes!

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El contenido de la caja callo sobre Jade, ella al instante quedo petrificada sin poder mover mas que sus ojos, la bioquímica se recargo en la parte posterior de esta jaula transparente, mientras observa con horror los animales que están arrastrándose a sus pies, serpientes, su peor fobia tiene que enfrentarla una vez mas, pero en esta ocasión nadie puede ayudarla.

Tengo a mis pies varias serpientes arrastrándose, al igual que algo molestas, un par comenzó a subir por mis piernas, esto hace que el miedo me recorra y yo quede como el cascaron de un huevo, sin vida; las lágrimas hicieron acto de presencia, no puedo controlar mi llanto de miedo, de horror. Con la vista nublada por las lágrimas, encontré con mucha dificultad a Sebas, el intenta liberar sus manos frotando sucesivamente las cuerdas, <<Sebas, no lo hagas mas, sólo te lastimarás las muñecas. ¡Detente!>>.

Los ruegos internos de la bioquímica fueron escuchados, o algo parecido, ya que Juliett se compadeció por primera vez en su vida de otro ser vivo; con una navaja corto las cuerdas de las manos del medico, mientras tanto Zoik le apunta con una pistola a Sebastian para que no intente nada, el medico subió lentamente sus manos al aire, en forma de rendición.

- Te solté para que veas cómodamente a tu esposa- explica- nada mas no quieras palomitas- sonríe.

- ¿Ahora debo agradecerte?- alza una ceja el médico con un tono de sarcasmo en su voz.

- Si gustas, solo que aquí no hay camas, tendríamos que subir- señala las escaleras.

- Pues no quiero, Juliett- firme el medico- antes prefiero morir.


Interviene- pues te lo cumpliré si intentas hacer algo- advierte la hija de Marisa.

Se acerca al cilindro- Jade pronto te sacare de ahí- murmura para el.

Suelta una carcajada- hasta mudo se quedo el probé Sebas- sonríe- no te preocupes, mi prima morirá rodeada de su gran fobia.

- Eres mas cruel, desdichada, psicópata y mala que tu madre, Zoik- recarga su frente en el plástico.

- Que palabras tan dulces me dices, Sebas- sarcástica- espero que no se te haga costumbre- el medico sólo voltea los ojos.

Al poco rato comencé a sentir dolor en cada uno de mis músculos, creo que si estoy tensa, ¿Y como no estarlo? Varias serpientes se arrastran entre mis pies y alrededor de ellos. Mi mente no procesa como antes, pero eso es por el miedo, lo único que se es que trajeron a Anya, Jon y Nat (aun inconsciente) al salón, los tres están en diagonal hacia mi, están amarrados de sus extremidades y también entre si.


Creo que Sebas esta escudriñando todo el cilindro, tal vez para poder abrirlo; de vez en vez sus ojos encuentran los míos, y termina regalándole una media sonrisa forzada, el esta realmente preocupado por mi, por falta de valor no puedo responderle ese gesto, solo puedo lograr que mas lágrimas salgan a mares de mis ojos. Al mover mis ojos hasta donde me lo permiten, me doy cuenta que Zoik y Juliett no están, solo su trio de secuaces nos vigilan.

El amor de mi vida se ve realmente horrorizado con todas esas serpientes rodeándola, lo peor es que no tengo idea de que hacer, me siento impotente, si me llego a moverme mas de lo debido dejaran caer mas serpientes sobre Jade, y esta vez aun mas venenosas; <<¡Esto es muy frustrante!>>. Mire una vez mas a mi esposa regalándole otra media sonrisa, ella abrió la boca intentando decir algo, después de varios intentos fallidos articulo con sus labios algo parecido a un "Te Amo", una gran sonrisa se me escapo.

¡Lo sabia! Jade no se dará por vencida tan fácil, todo este tiempo ella solo estaba juntando un poco de valor para enfrentar su fobia, aun que se unos segundos; debo hacer lo mismo, no me puedo quedar con los brazos cruzados, la mire a sus ojos miel fijamente.

- También te amo, pequeña- articula el medico dejando escapar una chispa de astucia en su mirar, en seguida voltea hacia sus nuevos amigos.

Gordes, Francia...

Algo cansados pero con mucho optimismo llegaron a Gordes Nicolás y Dilan, por suerte Nicolas habla fluido el francés, así que comenzó a preguntar por la dirección obtenida en internet; después de unas tres horas de estar preguntando llegaron a una pequeña casa a las orillas de la ciudad, sin ninguna pena Dilan toco la puerta cual cobrador de impuestos, obligando así a los dueños a abrir casi de inmediato la puerta.

Un Secreto sin Guardar 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora