Al terminar de bailar una canción lenta con Sebas este me llevo discretamente fuera del salón, para ser exacta entramos por una puerta doble de madera al jardín privado del marqués. Entrando mi nariz percibe varios olores dulces, ácidos, fuertes, suaves, de diferentes flores que varían en colores, forma y tamaño, aun que todas me parecen divinas; el jardín esta rodeado por arbustos altos donde nadie alcanza a ver lo hay dentro, también en el centro hay un par de columpios y al lado de estos un pequeño arrollo artificial que ayuda a regar las flores, el pasto, hierbas, entre otras plantas.
- ¿Cómo descubriste este lugar?- mira al medico fascinada.
- Tengo mis secretos- sonríe con picardía.Alza una ceja- ¿No me dirás?- hace un puchero.
- De acuerdo, Jade, te diré- sonríe- estaba explorando junto con Dilan y lo encontramos por accidente, luego ya un empleado nos conto que es este lugar- explica a grandes rasgos.- Pues que bueno que lo encontraron- se sube a uno de los columpios- hace mucho que no me subo a uno de estos- murmura.
- Yo tampoco- se coloca tras de ella- ¿Te empujo?- travieso.
Lo mira- pero no muy fuerte- sonríe.
- Hare lo que pueda- le da un leve empujón al columpio.
La bioquímica comenzó a mecerse suavemente, mientras aumenta poco a poco la velocidad, al estar a una velocidad medio rápida ella hizo su cabeza hacia atrás mirando el cielo, a la vez quedo sorprendida por la maravillosa obra de arte natural que sus ojos pueden apreciar, ese hermoso mar de estrellas sobre su cabeza.
- ¡Increíble!- detiene el columpio.- ¿De que hablas, pequeña?- curioso.
- Las estrellas, se ven mas bellas que en la isla- lo mira a los ojos- es como si...
Interrumpe- pudiéramos disfrutar de su esplendor- completa la oración.
- Exacto, Sebas- sonríe.- ¿Ya viste?- señala el cielo- creo que es una estrella fugaz.
- ¿En serio?- mira el cielo.
Mientras Jade intenta ver esa estrella fugaz o tal vez una lluvia de las mismas, el medico se arrodilla a uno de sus costados con un estuche rectangular, negro y grande que sostiene con ambas manos, sin que ella se de cuenta el medico termina abriendo el estuche; de un momento a otro la bioquímica baja la cabeza buscando a su esposo, al encontrarlo en esa posición se levanta del columpio con las manos en la boca.
- Amor- susurra sorprendida.
Sebas esta arrodillado frente a mi con un estuche algo grande, pero dentro de este hay un collar de cadena plateada con un dije en forma de corazón, pero el dije es de un rubí, o eso es lo que parece, no se mucho de joyería; lo que si se es que Sebas no tenia mucho dinero, y menos para gastar en joyería, con lo del departamento y el auto nuevo que están en Oxford, casi quedamos en quiebra total.
- Sebas, no debiste- niega- ya casi no tenemos dinero.Se levanta- no te preocupes por eso, mejor pruébatelo y dime si te gusta- lo toma con delicadeza.
El medico saco del estuche el collar, se coloco tras de la bioquímica rodeándola a la vez para colocarle aquella hermosa joya, ella se levanto un poco la trenza y enseguida Sebastian le abrocho aquel hermoso y delicado objeto, similar a ella.
- ¿Te gusta?- la abraza por la cintura.Toca la joya- ¿Es un rubí?- intrigada lo mira de reojo.
- Así es, pero este rubí es igual a ti- asegura.- ¿A que te refieres?- frunce el ceño.
- Ese rubí es una joya muy especial, hermosa, rara de encontrar, deja a todos los que la ven maravillados y algunos hasta se enamoran de esta joya- susurra en su oído.
Se estremece un poco- ¿Tantos dones tiene?- se voltea mirándolo.Asiente- así es, pero tu tienes muchos mas- asegura mirándola a los ojos- por eso y mas te amo- le da un beso fugaz.
- Gracias, amor- lo abraza- y también te amo como no tienes idea- sonríe.
ESTÁS LEYENDO
Un Secreto sin Guardar 3
RomanceLas decoraciones de la boda se ven por todos lados del jardín, y en la cabeza de Sebastian y Jade la canción típica de las nupcias retumba, junto con un sinfín de emociones. Todo parece el final de un cuento perfecto, todo apunta a un >, o eso piens...