Me encuentro con Jade en la cafetería del hospital, ella me esta esperando sentada en una de las mesas con sus muletas que usara por un par de semanas, en lo que su herida del tobillo se cura, ella me encargo una hamburguesa del mismo tamaño que la que yo ordene, creo que mi esposa ya extrañaba comer grasas, mientras espero que me entreguen las ordenes mi mente divaga llegando al recuerdo de cuando íbamos en la preparatoria y nos encontrábamos en la cafetería a pasar un buen momento juntos con nuestros amigos, aun que eso ya paso en el ultimo año.
Estoy esperando a Sebas sentada en una de las mesas de la cafetería a que traiga nuestra comida, de pronto recuerdo a mis amigos cuando comíamos en la cafetería de la escuela; los extraño mucho, extraño sus risas, tonterías que decían, consejos, en fin, estar con ellos y pasar un buen momento a su lado; esos recuerdos que les voy a contar a mis hijos y nietos cuando las canas cubran mi cabeza. Pero tal vez ya nunca los vuelva a ver o a mi hermano, Atzura...
Una lagrima indiscreta bajo por mi mejilla, de inmediato agacho mas la cabeza cubriendo mi rostro con mi cabello, y al mismo tiempo tomo una de las servilletas de la mesa, aparentando que tengo gripe, después de limpiar las lagrimas, respirar profundo y ocultar mi tristeza, alcé la cabeza mirando una vez mas a Sebas. Ya por fin le están entregando las hamburguesas, espero poder terminarla, aunque tal vez no sea difícil, tengo mucha hambre.
Con la comida en la charola me acerco a la mesa donde se encuentra Jade, sin avisar me siento a su lado colocando a la vez la charola en la mesa, ella solo me sonríe, aun que sus ojos se ven algo llorosos, tal vez esta preocupada por Nat, o por nuestros amigos y familia. Tengo que platicarle algo que la haga reír, o sino se pondrá a llorar, y no quiero que eso pase.
-¿Anya y Jon se quedaron en la sala de espera?- pregunta el medico.
-Si, ellos dijeron que nos avisarían si les dicen algo nuevo sobre Dakota- asegura la bioquímica.
-Entonces hay que comer- sonríe- ¿Crees poder acabarte la hamburguesa?- suspicaz le laza una mirada traviesa.
Alza una ceja- veremos, pero sino me la acabo ¿Tu me ayudaras?- hace ojos tiernos.
-No me queda de otra ¿O si?- suelta una risita.
-Claro que no, amor mío- sonríe tomando la hamburguesa para empezar a comer.
En cuanto la pareja dio el primer mordisco a esas hamburguesas les supo a lo más delicioso que hayan probado en toda su vida, pero es normal, ya que después de varios días sin comer carne roja el cuerpo pide a gritos esta necesaria proteína. Entre besos, risas, platicas y alguna que otra broma, los recién casados acabaron con su hamburguesa gigante; y por lo extraño que se escuche Jade pudo desaparecer este alimento sin pedir la ayuda del medico.
Al regresar a la sala de espera el nuevo matrimonio se sentó frente a la aeromoza y el copiloto, sus nuevos amigos, estos les informan que los doctores no han dicho nada nuevo todavía sobre el estado de salud de Natasha, pero que un hombre con traje negro los esta buscando.
-¿Y quien era?- curiosa la bioquímica.
-La enfermera no nos quiso decir- explica la aeromoza.
-Dijo que hasta que ustedes terminaran de comer el hombre los vendría a buscar- asiente el copiloto.
Respira profundo- gracias Jon, Anya, por todo el apoyo- sonríe el medico.
Niega- no importa brother- asegura regalándoles una sonrisa- mientras que regresemos a Inglaterra con nuestros empleos de antes, todo esta bien- mira a la bioquímica.
-Por mi cuenta corre que tengan un gran asenso- asegura la bioquímica- de eso no se preocupen.
-Solo lo decía de broma- sorprendido el copiloto- pero gracias jefa, digo Jade- divertido.
-Jon vamos a comer también nosotros- sugiere la aeromoza- ahorita regresamos ¿Esta bien?- mira al matrimonio.
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Un Secreto sin Guardar 3
RomanceLas decoraciones de la boda se ven por todos lados del jardín, y en la cabeza de Sebastian y Jade la canción típica de las nupcias retumba, junto con un sinfín de emociones. Todo parece el final de un cuento perfecto, todo apunta a un >, o eso piens...