Sin Piedad

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En los pasillos del tercer piso de esta esplendida mansión una pareja de enamorados juegan a las atrapadas versión adulta, la periodista va corriendo de forma juguetona, escapando de su esposo, el cual esta un poco ebrio; Lluvia entra en una habitación, sin fijarse con exactitud cual es, tienen pensado sorprender al pelirrojo para seguir con el juego.

Sin prender la luz entró a la  habitación de forma silenciosa, camino hasta un armario antiguo, lo abro para esconderme entre aquellos abrigos de piel llenos de polvo, con algo de dificultad me escondo entre estas prendas cerrando el armario con sumo cuidado, al poco tiempo las puertas se abren de golpe...

-¡Te encontré!- susurra emocionado el pelirrojo- ahora pasemos a la otra fase del juego- entra al armario cerrando las puertas tras de él.

-Dilan- sonríe- aquí no hay mucho espacio, es muy estrecho- susurra.

-No hay problema- empuja los abrigos como un par de cortinas- ahora ya hay mas espacio- la toma de la cintura acercándola a su anatomía.

Suelta una risita- debí imaginarlo- sus labios se unen en un beso lento.

La pareja continuo encendiendo aquella pasión entre ambos, de un momento a otro esto fue interrumpido por el ruido estridente de una pisada, ambos se detienen parando su romance; sin pensarlo el pelirrojo le tapo la boca a la de los caireles, ya que como es su costumbre, seguro terminaría hablando. Las pisadas se convirtieron en un par de voces femeninas, al parecer esta persona esta haciendo una llamada por alta voz.

Por unos minutos, o tal vez segundos, Dilan y yo nos quedamos en silencio absoluto, escuchando con atención aquella conversación. En un instante mi cerebro reconoció ambas voces haciendo que dé un pequeño salto y comience a temblar; las voces pertenecen a Zoik y Juliett. Las dos se me hacen unas chicas muy estúpidas al estar hablando por teléfono, pero lo peor es que es en alta voz.

=Llamada Telefónica=

Juliett: ¡No pierdas la cabeza! Mejor desaparece del mundo. Eres libre- le recuerda en susurro.

Zoik: suelta una carcajada sarcástica- ¿¡Pero mira quien me dice que no pierda la cabeza!? Una loca- cruel- ya lo decidí, la eliminare de este mundo. Tiene que pagar- asegura.

Juliett: ¡Haz lo que quieras!- voltea los ojos- solo no mates a Sebas o a mi hermana- ruega.

Zoik: ya no llores, no les hare daño. La única que morirá será Jade Wayne- ríe macabramente- y te aseguro que después de esto hare todo lo que este en mis manos para que visites las tumbas de tus padres una vez mas- sincera.

Juliett: te agradezco que no les hagas nada- sonríe.

Zoik: te dejo, sino comenzaran a rastrear mi llamada. Adiós psicópata- cuelga.

En cuanto Zoik colgó el teléfono mire a mi esposo con una cara de horror, el me dijo con señas que me calme, pero por inercia solté un suspiro pesado, de inmediato me tense mirando otra vez a Dilan <<Solo espero que ella no lo haya escuchado>>.

-¿Y ese ruido?- murmura para ella mirando el armario- ¿Me estarán siguiendo?- desconfiada.

La asesina comenzó a acercarse lentamente al armario, con pasos suaves y silenciosos fue cortando distancia con aquel objeto. Mientras por adentro del objeto aquella pareja tiembla de miedo, tratando de controlarse para no levantar mas sospechas; en un movimiento el pelirrojo escondió a la periodista entre los abrigos, quedando solo el a la vista, sacrificándose por el amor de su vida.

En un segundo los oídos de Zoik se llenaron de ecos de voces, avisando que varias personas se acercan, la asesina se detiene de golpe mirando hacia todas partes para encontrar un modo de huir.

Un Secreto sin Guardar 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora