Laberindo de Longleat Hedge Maze

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En cuanto Jade emitió ese grito desde el fondo de su garganta las ramas de los arbustos de la entrada comenzaron a moverse del lado izquierdo, al ver esto la bioquímica quedo congelada, solo espera a que la imagen de una serpiente y la dueña de aquella risa aparezcan frente a su mirada, al mismo tiempo sus ojos comenzaron ha árdele y varias imágenes aterradoras pasaron por su cerebro, provocando que el miedo se incremente. Aquella bioquímica quedo inmóvil esperando que su realidad no sea lo que imagina, de pronto una silueta se apareció frente a sus ojos, ella por instinto cerro sus ojos volteando la cabeza al mismo tiempo, pero en la oscuridad de sus parpados su cerebro dibujo claramente esta figura, la cual no pertenece a una mujer y mucho menos a una serpiente, esta silueta es la de un hombre...

- ¿Jade?- pronuncia algo agitado- ¿Estas bien?- se acerca preocupado.

Abre los ojos reconociendo la voz- Se-¡Sebastian!- se levanta con lagrimas en los ojos.

- Jade ¿Por qué lloras? ¿Y tu gritaste?- la abraza tratando de calmarla.

Respira profundo- si, yo grite- limpia sus lagrimas- pero es por que escuche el siseo de una serpiente, lo escuche antes de dar vuelta en este callejón- se le corta la voz- y corrí, pero no sirvió de nada, por que se hizo mucho mas fuerte- las lagrimas salen de sus ojos- luego entre aquí y una risa espeluznante, igual a la de Zoik, se unió al siseo, ¡No sabia que hacer!- el llanto la invade.

- ¿¡Una risa igual a la de Zoik!?- ella asiente entre lagrimas- hay que alejarnos de aquí- ambos salen caminado un poco apresurados.

- No estoy loca, se lo que escuche- afirma controlando un poco su llanto.

- Y te creo, solo que si esta cerca podría hacernos algo horrible- pasa saliva.

La pareja se tomo de la mano hasta llegar a una banca de metal, muy elegante, ahí se sentó Jade tranquilizándose aun mas, el medico también tomo asiento recostándola en su pecho, donde se puede escuchar el latido de su corazón; después de un tiempo Sebastian tomo el teléfono llamándole a Tania, al menos así la tendrán informada y podrá tener en alerta a los policías cercanos a ellos.

En cuanto colgué el teléfono mire a mi esposa, la cual ya esta mas calmada, para ella una serpiente es lo como si tuviera a unos centímetros al legendario Jack el Destripador, Jade no solo le tiene miedo a las serpiente sino que les tiene fobia, que es aun mas terrible y luego hay que agregarle la risa de Zoik, tuvo que ser horrible lo que paso en estos últimos minutos. Mi esposa volteo a verme a la vez que se aleja unos centímetro de mi anatomía, ella me regala una diminuta sonrisa, dándome a entender que ya esta mucho mejor, sin pensarlo le devuelvo la sonrisa mirándolo con cierta ternura que me provoca, la misma que me hace desear un beso de sus cálidos y delicados labios rosas.

- Tengo curiosidad, Sebas- lo mira- ¿Cómo me encontraste? ¿O por que llegaste tan rápido a mi rescate?- sonríe aun mas.

Lleva su mano a su nuca- pues fue una coincidencia, mis amigos y yo decidimos recorrer el laberinto juntos, pero me aleje un poco y termine solo, perdido, sin saber como llegar al centro o a la salida- lo dice con una sonrisa- luego escuche un grito lleno de miedo, corrí siguiendo el sonido y te encontré a ti, de rodillas en el suelo- se le borra la sonrisa- pensé que te había pasado algo, te habías caído, o algo peor- baja su mano recargándose en el respaldo de la banca.

- Pues si fue algo peor- respira profundo desviando la mirada- aun que debo agradecerte, sino hubieras llegado... tal vez estaría mue...

Interrumpe- ¡Eso nunca pasara!- la toma de ambas manos el medico- ya te lo había dicho hace rato, si tu mueres todos sufriremos, mas yo- sus miradas se cruzan- Te amo, y nunca me perdonare si llegas a morir en manos de esa psicópata- asegura mirándola fijo.

Un Secreto sin Guardar 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora