Capítulo 22

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en Italia, a las 10 de la noche, me cogí la mejor habitación del hotel. La 198. Louis estaba en la 197, delante de mí. Lo que me gustaba de eesa habitación eran las vistas, se veían luces por todas partes. Brillantes. Aun no me podía creer que estaba ahí, conecté mi móvil.

"Me he ido, como tú me pediste, ya no volveré a molestarte. Te quiero. Buenas noches."

Suspiré, mañana miraré los pisos, el Domingo volveré y total... Estaré sola, justo como me merezco, por estúpida. Al menos espero no ser la única que duerma sola esta noche.

Tocan a la puerta. No quiero abrir. Me levanto sin ganas, descalza y me asomo.

-¿Qué quieres?-Le pregunto a Louis. Que.se había cambiado de ropa y seguía con ese aire frívolo. Ahora vestía igual de elegante, un pantalón color vino, una blusa blanca y una pajarita negra.

-Voy al bar, ¿Quieres algo?

-Sí, pide que me traigan una botella del mejor Vodka o Ron que tengan. Y chocolate, mucho chocolate.-Digo deprimida.

-Vaya, te ha pegado fuerte...

-Sí... bastante... Ya hablamos mañana.

-Vale, adiós.

Cierro la puerta. Me siento en la cama y lloro recordandotodo este día. No puedo.seguir así, Louis no me ha pedido lo que le dije, me deprino más. No queda nada, nada de lo quw construimos en estos casi 3 años sigue ahí. Me preparé una ducha... quería relajarme pero no quería salir al bar a ver como Louis se cogía un pedo. Me puso mi albornoz al salir y me metí en la cama a leer un libro. No hay nada mejor que hacer, si me desconcentrp me echaré a llorar. Ni chocolate ni vodka.

Cuando ya me había quedado dormida sobre el libro un ruido fuerte me saca de mi sueño. Me levanto corriendo y me dispongo a abrir la puerta. Seguía en albornoz pero no me lo pensé dos veces. Cuando abrí la puerta, Louis estaba entrando en su habitación con una mujer. Una mujer de unos 29 años, mal conservados.

-Louis, ¿Qué haces?

-Me voy a dormir... Acompañado.-Se ríe.

Salgo de la.habitación.- ¿No recuerdas que estás casado?

-¿Y?-Se ríe.- ¿Quién se lo va a decir?

En ese momento siento que la sangre me hierve. Me acerco a él hasta tenerlo bien cerca. Sentía su respiración y él la mía. Su olor a Whisky me llegaba. Me asfixiaba

-No sé qué te ha pasado de un día para otro pero has cambiado, tú no eres así.

-Cambié desde que tú viniste de nuevo, he intentado taparlo pero ys me ds igual. No te importo, no me importas.

Ne tiembla el pulso. No me creo que eso haya salido de su boca... Esto es lo que se llama una semana oscura. Noto las lágrimas salir de los ojos.

-Vale...-Suspiro.-Acuérdate de lo que has dicho porque te las recordaré, Siempre.

Entro en mi habitación y meto el mayor portazo del mundo. Retumba todo el edificio. Y sin más dilación, me acuesto en la cama.

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No volvió a la empresa, incluso llamó para dimitir. Cogió todas dud cosas de la casa y se marchó a la costa. No sabía si sería mejor o peor, pues al llegar ahí todo le recordaba a mí. Se acostó en el sillón sollozando. ¿Había perdido todo por culpa de una tontería? Me iba a perder de todas formas, pensó. Si hubiera visto la foto me hubiera enfadado igual

igual. Ahora, a 1.980 sigue sintiendome cerca, como si algo de mí quedará ahí. Buscó en los cajones, sabía que algo quedaría de mí allí. Acertó. La música. Horas y horas me pasaba acostada sin dormirme escuchando esas canciones que tanto me gustaban y a él le habían llegado a parecer pesadas. Encendió el Casette. Metió uno de los CD's y la primera canción que sonó era Rise Like a Phoenix de Conchita Wurst. Aún no sabía el por qué me gustaba esa canción. Se tumbó de nuevo, me envió un mensaje y por último, sumido en el recuerdo quedó quieto y escuchando las canciones.

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"Yo estoy en el extranjero,

mis pensamientos, se escurren,

mis palabras me están dejando,

tomaron un avión..."

La canción de Birdy- Wings que ahora sonaba en mi móvil me recordaban tanto a lo que había ocurrido con Liam... Él, yo... Una noche inolvidable: el día en el que me pidió matrimonio... Y ahora nada, yo en el extranjero intentando olvidarme de él más que sea un momento y no lo consigo.

-___-Tocan a la puerta.-___ soy Louis, abreme.

-Largate.

-Sé que me pasé, llevo días mal y además estaba borracho... Me siento más enfadado últimamente con el mundo, pero no contigo.

-No te voy a abrir, olvídate.

-Si no sales ya llegaremos tarde.

Termino de peinarme el pelo, miro mi ropa... Pantalón vaquero, blusa blanca y la chaqueta formal. Bien. Salgo de la habitación con mi bolso en la mano, meto otro portazo, paso la llave y empiezo a caminar rápido. Louis intentaba seguir mi paso.

-Lo siento...

-¿Lo sientes? ¿El qué sientes? ¿El haberte convertido en un mujeriego? ¿El haberme dicho que no te importo cuando peor lo estoy pasando?... -Una lágrima recorre mi cara.- No me dirijas la palabra.

Seguí caminando. Está vez más triste, me dolía todo y solo quería llorar. Una mano me agarró la muñeca y me giró a él, cuando me quise dar cuenta, Louis me estaba besando y...

Soy tuya. [Segunda parte de El Hijo Del Director]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora