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<<Reloj>>

El tiempo fluye sin detenerse a esperar a alguien, sin importarle algo, el sigue fluyendo como el agua que bebemos, como el aire que respiramos, vivimos atados al tic tac a la rueda que marca nuestro inicio y nuestro fin.

=Nagisa es sólo un conocido, pero he de confesar que me gustaría poder llamarle amigo en un futuro cercano.=

Karma jamás sintió sus clases tan lentas y estresantes, el molesto sonido que hacían las manecillas del reloj que estaba arriba del pizarrón lo estaban desesperando, sentía que el enojó y la frustración lo estaban dominando, no entendía el motivo de su recién malestar, pero lo único que tenía tan presente eran las palabras de su amigo de cabellos plateados.

¿Destinados?

Eso era tan patético, era imposible que con solo una mirada y poco intercambio de palabras llegarás a la conclusión de que esa persona era tú pareja designada, aunque él no podía hablar mucho puesto que él jamás llegará a sentir esas emociones, envidiaba a los alfas y omegas, estos desde que son concebidos tienen a una persona designada, exclusivamente para ellos, nunca estarán solos y serán felices con su otra mitad, en cambio un beta siempre tendrá que tentar su suerte y esperar que las cosas funcionen con la persona que decidan amar, en caso de fracasar deben repetir el mismo ciclo vagando buscando ese sentir llamado "felicidad", de sus delegados labios escapó en suspiró y recargo su cabeza en su pupitre comenzando a tener dudas existenciales.

— Akabane, le pediré de favor que si le parecen tan aburridas mis clases desista de tomarlas.

La voz de su profesor le hizo levantarse y olvidar todo el vómito existencial.

— Lo siento profesor, no volverá a ocurrir.

— Eso esperó, no debería confiarse puesto que una cosa es que usted tenga buenas calificaciones y sea bueno en la carrera y la otra es de relajarse para no tomarle la importancia que se merece a cada materia al igual que a las cosas.

Karma asintió susurrando otra disculpa, el profesor regreso al pizarrón explicando lo requerido para su proyecto, las notas sobre eso estaban a la perfección y su atención estaba centrada en el profesor como debía ser desde el principio, pero la molesta luz que emitía su celular le hizo bufar, desbloqueo la pantalla para leer la nueva notificación de mensaje que tenía.

Itona dice:

Karma, necesito tú ayuda en algo que nos beneficiará a los dos. Tú dices querer ser amigo solamente de Nagisa y yo quiero asegurar mis sospechas así que está tarde te necesito en la entrada Oeste de la universidad cerca de las jardineras, investigué un poco al grado de saber que Nagisa estudia en nuestra universidad, debes sospechar de que va mi plan.

Suspiró al terminar de leer su mensaje, el plan de su amigo era sencillo, lo utilizaría para acercarse a Nagisa y una vez tomarán la suficiente confianza al igual que comprobará sus sospechas le confesaria que son "destinados".

— Patético.

— ¿Quién es patético?

La voz de cierto alfa le sorprendió, pero trato de disimular su reacción, frente suyo se encontraba Asano Gakushuu un alfa de orbes violetas.

— ¿Qué?

— Has dicho que es patético ¿qué es patético?

Karma le miró y luego a su celular para soltar una risa.

— Nadie, lo siento, pensé en voz alta.

Sin mucha importancia metió sus materiales escolares en su portafolio.

— ¿No usarás tu abrigo?

— ¿Hace mucho frío?

— Hay altas probabilidades de nieve el día de hoy y si no cae nieve será agua nieve así que tú mismo juzga.

— Está bien, la usaré, dime ¿te gustaría acompañarme a la cafetería de la universidad?

Asano asintió con la cabeza comenzando a adelantar sus pasos.
Una vez en la cafetería cada quien pidió lo que su antojo pedía, Karma sonrió al escuchar la campanilla de la puerta sonar.

" Tú investigaste, pero yo eso ya lo sabía sin necesidad de que me lo dijeras "

Su sonrisa creció al ver a un joven de cabellos celestes entrar y tomar asiento junto a una de los ventanales del local, por un momento estuvo solo, pero al pasar diez minutos llegaron dos jóvenes que siempre le acompañaban.

— ¿Karma?

La voz de Asano le hizo regresar a su realidad.

— Lo siento, el tiempo se me acabó.

Se levantó dejando el dinero suficiente por su bebida y postre, Asano se limitó a despedirlo con la mano, pero antes de salir del local Karma se quitó se reloj de la muñeca dejándolo en la mesa, sorprendido a su acompañante.

— Te lo regaló.

Sonrió galante, frustrado del tedioso "tic tac".

Para al amor no basta con darle cuerda y mirarlo, no esperes más a las agujas del reloj que ellas no les importas tú, ni nadie.
- Amaia Montero.






Nicitz~

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