<<Pañuelo>>
- Buenas tardes, mi nombre es Tadaomi Karasuma y necesito que me responda algunas preguntas.
- Buenas tardes, ¿qué clase de preguntas?
- Sobre el caso del joven Shiota.
- Está bien.
- ¿Qué es usted del joven?
- Soy su pareja.
- ¿Conocía a la señorita Akira, anteriormente?
- Solo sabía que era la pareja predestinada de mi novio.
- ¿Tuvo alguna vez contacto con ella?
- No, o bueno, sólo la primera vez que la conocimos, ella me pidió el nombre de mi novio.
- ¿Se lo dió?
- Sí, es normal, ella es su pareja yo no me podía negar.
- Pero se supone que usted también es su pareja.
- Yo soy un beta, un simple capricho y ella es su omega, no hay comparación.
- Una última pregunta.
- Adelante.
- ¿Conoce esto?
El hombre le extendió un pañuelo que al abrirlo mostraba cierta cantidad de pastillas pequeñas de un color rosa.
- No, ¿qué son?
- Es una droga que es ilegal y tiene un gran índice de secuelas para aquellos que las consumen, alteran al organismo y su principal función es acelerar el celo, lo incrementan de una manera improbable, un alfa se vuelve algo rudo por su instinto, pero con esto es como desatar a una bestia, me sorprende que el joven Shiota haya mantenido por tanto tiempo la conciencia y es de reconocer que llegó en buen momento, joven Akabane.
Karma solo escuchaba atento, deslizó las yemas de sus dedos sobre el vendaje de la herida que le había hecho Nagisa, cuando llegó al departamento logró abrir la puerta sin mucho problema pues esta no tenía ni llave ni seguro, cuando entró el olor a flores estaba por todo el lugar, un olor demasiado fuerte que le hizo sentir asqueado, camino hasta donde escuchaba murmullos y cuando vio el cuerpo de Nagisa lanzarse hacía ella, él corrió tratando de separarlo, pero lo único que logró fue que su brazo recibiera la mordida, después de eso Nagisa solo grito totalmente fuera de sí, tuvo que noquearlo para impedir que le hiciera dañó, su corazón se encogió al ver que aún inconsciente el joven celeste seguía llorando, los amigos de este llegaron pocos minutos después, al ver la sangre y el cuerpo no dudaron en llamar a la ambulancia para ser llevados al hospital donde se encontraban actualmente.
- ¿De dónde sacó eso, ella?
Le preguntó al hombre de traje negro.
- Eso mismo nos preguntamos nosostros, pero no se preocupe que una vez ella despierte se le interrogara, algo que necesitamos que hagan es levantar una denuncia con el cargo de secuestro, eso es algo que debe pagar.
- No.
- ¿Disculpe?
- No se va a levantar nada, ella es la omega de él, no puedo dejar que le hagan algo.
- Pero lo que hizo no justifica.
- Ya lo sé, pero no se hará nada así que gracias por su ayuda, puede retirarse.
Karasuma simple dio media vuelta y se alejó del pelirrojo que no despegaba la vista de aquél vendaje, se necesita amar mucho a alguien para llegar a esos extremos, ¿verdad?
La resolución a sus dudas había llegado, soltó un suspiro y se levantó de su asiento llevándose consigo su chamarra, el cuarto con el número 13 era su destino, tocó y al obtener la aprobación de pasar entró.
- Karma.
Nagisa le sonreía desde aquella camilla.
- ¿Cómo te sientes?
- Me siento fatal, pero al menos las náuseas han desaparecido.
Karma sonrió ante esa respuesta, pero su sonrisa se borró al recordar el motivo por el cual había ido a verle.
- Nagisa, tenemos que hablar.
Nicitz~
Nota 1: Odio que Wattpad cambie los guiones.
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Destino.
FanfictionAtados a lo que debe ser y no lo que se quiere ser. ¿Podemos ser egoístas?