<<Mascota>>
Las personas caminando de noche en la ciudad, parecen felices y solitarias.
Mermelada y una canción de azúcar, cacahuetes y un paso amargo.
Es tan dulce que me hace sentir mareado.El amor platónico había acabado pues este se había consumado al fin, tan dulce que es incluso empalagoso, así eran los seis meses que habían utilizado para ser pareja; Karma y Nagisa, aún cuando los proyectos y tareas en la universidad estaban al límite aún con todo eso ellos se dedicaban tiempo para estar juntos, tal vez aún no es muy exacto lo que Karma siente por Nagisa, pero su compañía le era muy grata, los momentos que compartían gustos o pensamientos, incluso aquellos donde un beso era propio del momento, se sentía conforme y agradecía que Nagisa no le presionara con una respuesta clara, él aún con seis meses no tenía idea de que era lo que en verdad sentía.
— ¿Hola?
— Perdón ¿te desperté?
— Tranquilo, no pasa nada, amo cuando me llamas inesperadamente.
— ¿No te gusta cuando el momento es planeado?
— Exacto.
— Eres muy peculiar, Nagisa.
— Me lo dicen muy seguido, pero dime, ¿necesitas algo?
— Me ofendes, ¿es qué acaso no puedo llamar a mi novio?
— Karma...
— Ok, ok, tú ganas, ¿mañana estas libre?
— Sí, ¿tienes algún plan?
— Porsupuesto, mañana en el centro comercial a las 11 de la mañana, descansa.
[...]— Entonces... ¿qué vamos a hacer?
— Vamos a comer, ver una película que se que te gustará y por último podemos ir con Isogai para dejarle un presente por su futuro primogénito.
— Me agrada la idea.
Nagisa sonreía ante la ilusión de en unos meses poder ver al fruto de aquellos dos, pero su ilusión se rompió al sentir que sus piernas y cuerpo eran levantados sin mucho esfuerzo.
— ¡Karma! ¿¡qué haces!?
— Procuro que mi princesa no se vaya a tropezar o que algún malvado villano la quiera robar.
— ¡Dejame! ¡Karma¡ ¡Bajame de una vez!
El menor se quejaba a todo pulmón, pataleaba, pero eso a su pareja poco le importaba, sus golpes eran muy comunes.
— Nagisa, deberías calmarte ya que estas llamando demasiado la atención.
Palabras mágicas para el joven celeste que al procesar lo mencionado por su pareja se detuvo y miró a su alrededor avergonzado, todos lo que estaban a su alrededor los miraban, unos con burla, otros confundidos, pero era un hecho que les miraban.
— Sabes, si gritaras algo como; "auxilio, un violador que me viola" provocarías que llamarán a los policías del centro y me llevaran detenido con el cargo de un supuesto secuestro a un menor de edad.
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Destino.
FanfictionAtados a lo que debe ser y no lo que se quiere ser. ¿Podemos ser egoístas?