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<< Flores >>




Nagisa dice:

¿Estas bien? Lamento hacer que tú te lo lleves, pero mi casero no permite mascotas. De verdad lo siento.

Karma suspiró, el mensaje ya lo había leído, su atención la tenía aquél perro de orbes cafés que le miraba fijamente, suspiró escuchando al perro soltar un ladrido, decidió contestar el mensaje sintiendo el peso de la mascota sobre sus cobijas.


Karma dice:

Nagisa, por enésima vez, mi casera aceptó gustosa al perro y estaba conciente de que sólo sería una semana para su desgracia, tienes una semana pidiendo disculpas, no es tú culpa y lo entiendo, pero mejor dime ¿estas preparado para mañana? Ya sabes, el de ir a dejarlo a su hogar.

El celular al vibrar provocó un ruido sordo en aquel escritorio de madera, Nagisa soltó su pequeña taza de té de manzanilla para atender su teléfono.

Nagisa dice:

Claro, mañana a las 10 en el parque del centro, gracias por todo, descansa.

[...]

- ¿Listo?

Nagisa asintió y con correa en mano dieron los primeros pasos a su destinó.


[...]


- Karma...

- ¿Si?

- ¿Estas seguro de que es por aquí?

El joven de cabellos celestes decidió tomar asiento en la banqueta al igual que el perro, el viaje había durado más de lo previsto caminando y aún no estaban seguros de ir por el camino indicado.

- Totalmente seguro, mira, según el GPS y las indicaciones anteriores tenemos que llegar a la calle estrella que se encuentra en la avenida vida a un lado del callejón muerte, uh... Que miedo.

Se burló el pelirrojo.

- Tienen nombres tan singulares...

- Eso no es nada, una vez conocí la calle "huevo"

- ¿Huevo?

- Sí, eso si es peculiar.

La joven pareja relataba una que otra anécdota, así fue hasta que el perro se soltó, corriendo lo más lejos de ellos dos.

- ¡Espera!

Gritó Nagisa, quien fue el primero en correr tras el, tanto el perro como Nagisa se detuvieron enfrente de un departamento, el perro parecía reconocer el lugar así que sin temor se adentro a la recepción.

- ¿Nagisa?

La voz del joven Akabane le hizo salir de sus pensamientos.

- Karma, ¿hueles eso?

- ¿Qué cosa?

- A flores, es como si hubiera una florería cerca.

- Yo no huelo nada.

- Huumm.

Nagisa no habló más, pero si caminó siguiendo los pasos de la mascota.

- Bienvenidos.

Los jóvenes se sorprendieron al escuchar la voz femenina.

- Mi nombre es Hazama ¿les puedo ayudar en algo?

- Buenos días, vera hace una semana encontramos a un perro y decidimos traerlo de regreso a su hogar, pero se nos escapó y lo hemos visto entrar aquí.

- Oh, si, tienes razón, está aquí y su dueña igual.

Karma escuchaba atentamente, agradeciendo que su viaje al fin estuviera dando sus frutos, miró de reojo a su pareja que se mantenía algo ausente de la conversación.

- Entonces nosostros nos retiramos.

El cuerpo de Nagisa se tensó y miró atento a su alrededor.

- ¿Tan rápido?

- Así es señorita.

- Al menos deberían de dejarlo con su respectiva dueña, yo les guiare.

- ¿Usted no es la dueña?

La mujer de cabellos negros nego con la cabeza.

- Ya veo, lo siento mucho.

- No te preocupes, ella estuvo muy triste cuando nuestro pequeño amigó se escapó, fue hace una semana que salió, creo que a visitar a un familiar y se le escapó.

- ¿Es una buena dueña?

Al fin la voz de Nagisa se dió a conocer.

- Si, por algo creo que el esta emocionado de volver.

Los tres observaron como el perro caminaba hasta el frente y al igual miraron atentos cuando se detuvo en la puerta de la segunda planta, rascando la puerta de madera, la única fémina tocó el timbre y en cuestión de unos minutos alguien abrió la puerta, Nagisa se sintió rodeado por aquél aroma floral que le empezaba a aturdir e impancientar.

- ¿Si?

Una joven de cabellos negros más largos que los de Hazama, se dejaba apreciar, con un ligero carmesí en las mejillas.

- ¿Estas bien?

La mujer se acercó a la joven intentando auxiliarla.

- Es sólo que el celo se adelantó por algún motivo...

Sincero, Karma veía todo atentamente, esperaba que la visita no durará más ya que quería aprovechar su fin de semana con Nagisa.

- Karma...

La voz de su pareja le hizo voltear, sus orbes se abrieron con sorpresa dejando en el olvido su aburrimiento.

- ¿Nagisa? ¿Estas bien?

Se inclinó un poco para ver mejor el estado de su novio, las mujeres hicieron lo mismo siendo avellana y celeste los que se encontraron.

- Tú...

Murmuro ella y Nagisa llevó su puño a su boca tratando de controlar un impulso repentino de atacar a la joven, se inclinó tratando de cubrir su cuerpo con sus brazos.

- Es un alfa.

Afirmó Hazama que cubría con su cuerpo el de la joven.

- Y ella una Omega...

Karma trataba de calmar a su pareja tomándolo por los costados de su cuerpo acercandolo más a él, procurando que no se le fuera a escapar de los brazos.

- Deberían irse.

Karma asintió, levantó a Nagisa como muchas otras veces y este escondió su rostro en el pecho del más alto, sus pasos se vieron detenidos por la voz de la omega.

- ¡Espera!

- ¿Qué necesitas?

Le habló sin darle la cara, su vista no se alejaba del joven alfa que temblaba entre sus brazos.

- ¿C-cuál es su nombre?

- ¿El mío?

- No...

- ¿El del él?

- Si.

- Shiota... Shiota Nagisa.







Nicitz~

Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora