6. Reencuentros

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Mi grito llama la atención de toda la gente en el restaurante.

—¿Sabes qué? Se vienen conmigo y hablamos más tranquilos—Dice Ángel sacándonos a los dos del restaurante. Es un buen gesto de su parte, considerando lo que pasó recientemente. Nos guía hasta un estacionamiento donde saca sus llaves y desbloquea un lujoso automóvil.

—¿De dónde saca tanto dinero?—Me susurra Nick. Pero lo único que yo puedo pensar es que estoy en la ciudad equivocada.
¿Como es que estamos en la ciudad equivocada?.
Diablos, esto solo me pasa a mi.

Entramos al auto, Nick y yo nos sentamos ambos atrás.

—Bueno—Dice Ángel arrancando el auto.—Estos son los hechos: Están en Florencia y deberían estar en Roma. ¿Cómo pasó eso?.

—Bueno, podrías preguntarle a la persona que compro los malditos boletos.—señalé a Nick.

—Compré los boletos en francés, Yanni, habíamos revisado antes que era el tren de las once y eso fue lo que compramos, tal vez se debe a que estábamos peleando en el momento de subir al tren.

—Una discusión, que ocurrente. ¿Quién empezó?.

—¡Tal vez si hubieras respondido mi pregunta la primera vez no estaríamos en esta situación del demonio!.

—Oh, no ¡No vas a culparme de esto!.

—¡Es tu culpa!

—¡No!

—¡Si!

—¡Ya basta!—La voz de Ángel nos sobresalta a ambos—Parecen unos malditos niños, ya cállense de una vez.

Nick y yo nos miramos y nos sentamos lo más apartados posible el uno del otro.

Unos minutos después, vemos un gran portón frente a nosotros, que de inmediato se abre para dejar pasar a Ángel. Un poco más adelante estaba una casa, aunque las palabras que más le iban eran palacio o monumento. El enorme lugar de Ángel en casa no se compara para nada. Demonios, sabía que tenía dinero, pero en serio ¿Quién es este chico?.
¿Es mi ex alguna clase de hijo de traficantes?. ¿Por eso nunca habla de su familia?.

Había salido años con Ángel pero no tenía idea del alcance real de su dinero.
Veo a Nick de reojo, está mirando con tanto asombro como yo.
Ángel estaciona su auto y nos guía adentro. La casa no es menos impresionante por dentro. Solo el vestíbulo hace que mi boca se abra en una perfecta O.
Las paredes son de color blanco, una enorme escalera blanca con una alfombra color vino ocupa el centro, un precioso candelabro cuelga de nuestras cabezas, y sólo puedo pensar que tal vez vale más de lo que podría pagar con 10 años de trabajo.

—Bueno, vamos a sentarnos—Ángel nos guía por las gigantescas escaleras a una habitación que desentona con el resto de este palacio rústico por su decoración actual.

—Está es mi habitación—Su habitación tiene una pequeña sala completamente equipada, con una decoración en blanco y negro, un gran sofá, una gran TV smart, consolas de última generación y un minifrigerador.
Es como una casa dentro de una casa mucho mas grande, parece un poco exagerado.
Demonios, el departamento de Ángel en casa era lujoso, pero esto es, esto es simplemente increíble.
Mi casa cabe en esta habitación.

Ángel nos invita a sentarnos y nos pasa unos refrescos.

—Oh, sé que Yanni también lo está pensando. ¿Tu familia es alguna clase de gran organización de venta de drogas o algo así?—Pregunta Nick.

—No—Ríe un poco Ángel.—¿Ese restaurante en donde estaban? Es mío, o más bien de mi padre. Mi bisabuelo era un gran cocinero, tenía un talento especial, así que creo una receta de pasta para su pequeño restaurante que estaba aquí en Florencia, su receta ganó popularidad en toda Italia y empezó a abrir restaurantes por doquier, extendiéndose a otros países también. Luego mi abuelo, mi padre y una de mis tías triplicaron la ganancia abriendo cadenas de hoteles e incluso algunos clubes nocturnos.

Como sobrevivir al primer amor © EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora