30. Navidad

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Nick y yo apenas hemos cruzado palabra desde lo que pasó. Bueno, no es como tenga demasiado tiempo tampoco, he estado tan concentrada en la escuela y el periódico que a penas tengo tiempo de respirar, pero tendré un buen respiro estos días, porque se vienen las fiestas. El lado bueno es que mis notas, que ya eran buenas, han subido de nivel.

Es el último día antes de las vacaciones por la fiestas, empezando por Navidad. Pienso hablar con Nick hoy, cueste lo que cueste.

El timbre suena, se que es mi oportunidad de interceptarlo antes de que llegue a su práctica de futbol, por lo que salgo corriendo.

Conozco el camino que toma de su última clase de hoy hasta el patio, así como conozco todo sobre él, mis piernas más cortas que las suyas están en desventaja, además de que me encuentro más lejos, pero eso no me detiene. Debo parecer una loca corriendo, pero la emoción que sienten todos de que sea el último día de clases opaca un poco eso.

Veo a Nick.

Esta recostado en la pared, usando su celular, hasta Mike que pasa a su lado y empiezan a caminar juntos.

—¡Nick, espera!.—Mi grito hace que voltee. Llegó hasta él con la respiración agitada.—Tu...tienes que hablar conmigo.

—No tenías que correr ese último tramo, Hall. Ya te habíamos visto.—Mike se gana un debilitado golpe en su pecho de mi parte.—Como sea, los veré después.—Voltea a Nick.—Le diré al entrenador que te dio diarrea y llegaras tarde.—El hace una mueca de asco.

—Gracia, supongo.

—No hay de que, compañero.—Dicho esto se aleja hacía la cancha.

Mis ojos se fijan por fin en Nick con claridad y... Wow.

—Estas usando tus lentes.—Es lo primero que señalo. No lo veía con lentes hace años.

—Ah, si.—Responde.—Los de contacto los perdí en un partido ayer.—Aclara.—Estoy tratando de acostumbrarme a estos.

—Te quedan genial.—Digo, y si es cierto, le dan un aspecto intelectual, sin tapar demasiado sus ojos azules.

—Gracias.—Responde con un poco de incomodidad.

Ese es un sentimiento que creo que no había experimentado cerca de Nick antes.

—Solo te quitaré un segundo.—Prometo.—¿Podemos...ir a sentarnos?.—Apunto a las escalares del segundo piso que tenemos enfrente.

—Si, claro.—Comienza a caminar.

Tiene ropa casual todavía, pero se que en su mochila lleva su uniforme del fútbol, al igual que probablemente lleve su cambio de zapatos y alguna barrita energetica. Ese es el Nick que conozco.

Nos sentamos en la escalera, algo estrecha, porque lo que nuestra distancia es corta.

—Yanni yo...—Comienza.

—No—Interrumpo.—Creo que te debo una explicación primero.—El simplemente asiente.—Nick, quería decírtelo, no sabes cuanto lo siento. Lo que hice fue terrible, pero es que el pensar estar lejos uno del otro por primera vez, me hizo entrar en pánico. No quería que fuera real, al menos no hasta que tomará una decisión.

—¿Y ya lo hiciste?.

—Para serte honesta, no. Tampoco quiero ilusionarme con NYU, si es que no llego a entrar.

—Oh, entraras, estarían locos si no te aceptarán.—Sonríe.—Yo también lo siento, Yanni, fue egoísta querer que te quedarás solo por mi...Lamento haber sido tan poco comprensivo, fui un mal amigo, ¿si?.—Suspira.—Es solo que tu eres...

Como sobrevivir al primer amor © EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora