4. Culpa Mía

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Mientras estoy encaminada hacia mi auto pata irme, mi teléfono empieza a sonar otra vez.

—¿Hola?.

—¿Yanni? Necesito que vuelvas a casa ahora.

—¿Mamá? ¿Está todo bien?.—Pregunto a mi madre.

—No, bueno sí, tu padre y yo estamos bien, pero necesito que vengas a casa rápido.—Mi madre suena muy nerviosa. Está hablando rápido y no está siendo específica. Es extraño, mi madre se altera por muy pocas cosas, por esa razón decidí hacerle caso.

—Voy para allá.—Encuentro la fuerza para levantarme y conduzco hasta casa.

Al entrar por la puerta veo dos maletas preparadas.
¿Mis padres se van de viaje?.
Dejo las llaves sobre la mesa y voy hasta su habitación, donde mi madre está preparando un bolso de mano de viaje.

—Yanni.—Se detiene cuando me ve entrar por la puerta.

—Mamá, ¿Qué es lo que está pasando?. ¿Por qué están todas esas maletas preparadas?.

—Yanni, amor, tu tía Adela acaba de llamar de Italia. Está en el hospital, Yanni, no está nada bien, los doctores ya no le dan más de 1 mes. Somos su única familia, Yanni, tenemos que ir.

Por un segundo no puedo creer lo que estoy escuchando.

—¿La tía Adela? Me llamó está mañana ella sonaba...bien.—Al decir las palabras me doy cuenta de que no es cierto. Ella se veía muy mal y tenía algo que decirme. Me maldigo a misma por no haberla dejado hablar.

Mi madre niega con la cabeza.

—Tu padre y yo vamos esta noche en el primer vuelo a Italia que encontramos. Desgraciadamente, solo había dos boletos. No te preocupes, te conseguí uno para mañana en la noche, pero como me preocupaba que estés sola, he llamada a la mama de Nick, para saber si podía pasar unos días con nosotros ahí. Hemos acordado que ambos se quedarán con nosotros en el hotel. Él vendrá mañana a recogerte y tomarán el vuelo juntos. El vuelo es a Francia, pero tomarán un tren hasta Roma.—Lo que faltaba. Mi madre sigue hablando pero no le estoy escuchando.

No había forma de que yo haga semejante viaje con Nick. No quiero arrastrarlo en esto.

—No, mamá, no puedes arrastrar a Nick conmigo.—Mi madre deja de hablar y me presta atención.— El...tiene compromisos con el fútbol, partidos, ¿Sabías que está luchando por el puesto de capitán?.

—Oh, no te preocupes, su madre dijo que los torneos no inician hasta dentro de tres meses. Nick se puede perder unos cuantos partidos de práctica, dijo que no hay problema.

Quiero decir algo más pero las palabras no me salen. Moriría si algo le pasara a mi tía, ella es como mi mejor amiga, a pesar de la distancia. Notarán que no tengo muchas amigas mujeres, en realidad, no se a que se deba, tal vez estoy demasiado acostumbrada a los chicos.

Pero la tía Adela, ella lo es todo, amiga, consejera, estilista, paño de lágrimas y segunda madre para mí.
Quiero, quiero ir a verla, decirle que se va a mejorar pronto.

Veo a mi madre, en sus ojos puedo ver la desesperación que, muy probablemente, también se nota en los míos. Sin pensarlo dos veces la abrazo, y ella me abraza de vuelta y todavía más fuerte. Apoya su cabeza en mi hombro mientras rápidamente empiezo a sentir húmedo por sus lágrimas

—Tranquila mamá.—Trato de calmarla, a pesar de sentirme de la misma forma.—Ella va a estar bien, tiene que estarlo.—Ella asiente con la cabeza.

—Si, lo sé, es solo que, ella es mi hermanita, siempre la había protegido, sabía que era mala idea que se fuera sola a Italia.—Dijo ella secando sus lágrimas.—Nadie la cuida allí, no como yo.

Como sobrevivir al primer amor © EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora