Tres años había pasado desde que aquella pareja de recién casados había llegado a la casa donde mi alma llevaba prisionera 139 años. Hoy, por fin, la señora Leticia estaba preparada para dar a luz a los gemelos.
Los vi, desde la escalera, desaparecer por la puerta con dirección al hospital más cercano. Mis azules ojos se fijaron en el reloj de la pared, el cual marcaba las 00:16 del 24 de diciembre; estábamos en víspera de Navidad.
No recuerdo cuánto tiempo estuve esperando por la llegada de la familia. Era la tercera vez, desde mi muerte, que veía a un matrimonio salir por las prisas del parto por aquella puerta, y el sentimiento de impaciencia siempre se hacía presente en mi corazón.
‹‹¿Por qué sentía si estaba muerto?››, era una de las muchas preguntas que me formulaba cada cierto tiempo.
A las 17:00 del 24 de diciembre, la pareja, junto a los abuelos y hermanos, llegaron con los dos bebés en sus brazos.
Aquel día, mientras todos festejaban con una humilde cena navideña, yo me quedé conociendo a los nuevos miembros de la familia; se trataba de un niño y una niña. El pequeño dormía en la cuna con una manta blanca cubriéndole hasta el pecho, mientras que la señorita mostraba sus grandes ojos marrones y sus manos parecían jugar con el aire. Por un momento me vi tentado a tocar su pequeño dedo anular con mi meñique, pero el pensamiento de que pasaría frío, me detuvo.
Me conformé con observarla.
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Antología "Luces de Navidad"
RomanceCon mucha anticipación, nos preparamos para las llegadas de las fiestas de fin de año, y con ello la convocatoria de nuestra segunda antología "Luces de Navidad". Convocatoria cerrada. Gracias por su participación.