Diez años juntos.
Jamás habría imaginado que aquel chico pecoso, que le pidió salir cuando apenas tenían quince años, se iba a convertir en el hombre de su vida. Además, están a punto de pasar sus primeras navidades juntos. De todas las experiencias que han compartido, esta es una de las pocas que les faltan.
Se despide de sus padres en la estación con cierta tristeza, va a ser la primera Nochebuena que pase lejos de casa.
Su madre le planta un sonoro beso en la mejilla. Lidia sonríe y, tras abrazar a su padre, sube al tren que la llevará a Barcelona, donde reside su chico, Marc, con su madre y David, su hermano pequeño.
Busca su asiento y se acomoda junto a la ventanilla. Enciende su móvil y ajusta los cascos para hacer más cortas las dos horas que la separan de Marc. Le envía un mensaje en cuanto el tren se pone en marcha y sonríe al ver la respuesta inmediata de este:
‹‹Vale, te estamos esperando con muchas ganas. Que tengas buen viaje. Te quiero.››
Mira la hora para asegurarse de que el supermercado más cercano a la estación no estará cerrado cuando llegue. Está decidida a comprar algo para la cena y no va a permitir que la humilde familia de su novio tenga problemas para llegar a fin de mes por preparar una cena que le agrade.
Durante todo el trayecto, no ha dejado de pensar en que algo se le ha olvidado. Repasa mentalmente lo que lleva en la maleta: ropa, zapatillas, los pendientes para la madre de Marc y las entradas para el partido de Champions que le va a regalar a su chico. Solo tiene que comprar algún postre o algo de comida para la cena y nada más.
‹‹¡Maldición!››, piensa.
¡El regalo de David! ¿Cómo se le ha podido olvidar? Adora a ese niño con toda su alma, lo conoce desde que nació.
Ella y Marc iban a celebrar su tercer año juntos cuando su madre les confesó que estaba embarazada de nuevo y que, aunque consideraba que no tenía edad para tener otro hijo, no quería abortar. Ambos la apoyaron y, nueve meses después, recibieron al pequeño David con alegría. Él fue la luz que necesitaba Montse para seguir adelante después de que su marido falleciera en un accidente de coche cuando estaba de ocho meses.
Cierra los ojos y vuelve a perderse en su música. La vida nunca trata bien a quien más se lo merece.
Mientras la megafonía anuncia el final del trayecto, Lidia busca en su móvil una pastelería y una tienda de juguetes cerca de la estación. Recoge su equipaje con rapidez y baja del tren.
Diez minutos después, encuentra los dos establecimientos. Están uno enfrente del otro. Duda un instante en cuál entrar primero; pero, finalmente, se decide por la juguetería. Recorre con la mirada los estantes ya vacíos y, por fin, encuentra lo que buscaba: un oso gigante de peluche con un parche en el ojo izquierdo. Sonríe, a David siempre le ha gustado los piratas. Paga y cruza la calle en dirección a la pastelería. Saluda a la dependienta y compra varios pastelitos de nata y chocolate.
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Antología "Luces de Navidad"
RomanceCon mucha anticipación, nos preparamos para las llegadas de las fiestas de fin de año, y con ello la convocatoria de nuestra segunda antología "Luces de Navidad". Convocatoria cerrada. Gracias por su participación.