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Ni Eren ni Levi mencionaron nada desde ese concierto a pesar de que ambos aun recordaban el caluroso beso que habían iniciado. Levi por una parte quería contarle a su hermana sobre lo acontecido pero si le decía existía la posibilidad de que lo matara como toda la hermana sobreprotectora que era.

En tanto al menor, su perversa mente trabajaba noche tras noche en alguna manera de hacer que ese azabache sufriera de algún modo, sin saber que realmente todos los días era una tortura para el mayor. Halloween estaba más cerca de lo que pensaban y con ella, las fiestas decembrinas, y oh vaya sorpresa, muchos conciertos más. Claro que todo se estaba haciendo muy pesado: exámenes, trajes por realizar, estudios, trabajo en la cafetería, ensayos, crear nuevas canciones. Era un ambiente con demasiado estrés de por medio.

―Eren, ¿crees que podrías acompañarme a comprar un libro? ― pidió la pelirroja mientras abrazaba al castaño sentado en el sofá del departamento.

― ¿ya terminaste los que te presté? ― alzó una ceja, impresionado porque su pequeña devorara libros a montones.

―Si― puso un puchero― le dije a Levi que quería libros y me dio dinero para que fueras a comprarlos.

―Agh, Isabel son las 5, estoy en mi descanso―

―Entonces iré sola― antes que la menor pudiera decir algo, Levi apareció bajando las escaleras con una ramera blanca, jeans negros y botas del mismo color; portaba en la mano un gorro negro que hacia algo de juego con su outfit.

―no sales a ningún lado― miró a su hermana― yo iré con Eren por tus libros― el mencionado estuvo a punto de oponerse pero al ver a Isabel muy emocionada, se levantó y bajó a la cafetería y posteriormente, afuera. No tardo mucho para que Eren hiciera lo mismo y acompañara a Levi, sintiendo esa aura de incomodidad y deseos de matarse el uno al otro.

Más que nada, el castaño deseaba ahorcar a Levi y preguntarle porque demonios lo había besado y después hacerse pasar como que nada había pasado, pero no, Ere no iba a ser estúpido como de costumbre, tenía un plan para cuando la situación se diera, y Levi no iba a escapar de eso.

Pero sus sentimientos eran distintos, aunque por fuera era frio y sin alguna expresión en su rostro, por dentro moría por gritarle a Eren todo lo que rondaba en su maldita cabeza, el cómo lo traía loco, el cómo lo hacía pensar cosas que con nadie había pensado, si, así de simple: Eren lo estaba haciendo perder la cordura. Pero debía mantenerse, acoplarse a sus ideales principales y seducir a Eren de manera lenta, a su propio ritmo, lástima que el menor no coincidía con él.

― ¿y que le vas a comprar? ― preguntó Eren sin apartar la vista del camino, lo que menos deseaba era hacer contacto visual con Levi o empezaría con algo que nunca terminaría.

― ¿libros? Eres un idiota, Jaeger― El Ackerman sonrió internamente y visualizo a Eren fruncir el ceño e incluso, hacer un puchero, pero no lo hizo. Estaba serio, ni siquiera algún gesto divertido, no, no movía nada. ― ¿no piensas decir nada?

―Como si tuviera algo que decir, si no quieres responder lo que pregunté, es tu problema ser un idiota― esta vez, sin sonrió, dibujando una sonrisa que le hizo temblar a Levi. ¿Desde cuándo ese mocoso sonreía con tanta maldad? No, debía estar soñando, Eren Jaeger no era ese tipo de adolescente, debería estar riendo, intentando amenizar la plática o algo así, pero no.

Levi no iba a tolerarlo: tomó de la muñeca al menor y al ver un callejón cercano, lo acorralo ahí. Eren no puso ninguna mueca, pero por dentro moría de la risa, ¿1.60 cm que harían contra 1.70? nada, esos 10 cm le daban la completa y absoluta ventaja a Eren.

―Dime que mierda te ocurre, ¿acaso me ves como tu estúpido juguete? ― cuestiono el azabache molesto.

―Levi apártate, tenemos que comprarle los libros a Isabel antes que cierren la librería― no era eso, si seguían así, Jaeger terminaría explotando. Puso sus manos en el pecho de Levi para apartarlo pero solo hizo que el mayor lo pegara bruscamente a la pared.

― ¿Qué mierda, Jaeger? ― Eren se descontroló. Tomó a Levi por los hombros y lo pegó con fuerza a la pared, invirtiendo las posiciones.

―Oh mí querido, Levi, te metiste a la boca del lobo...

|||La verdad es que volvieron a bajarme las ganas de seguir escribiendo, prometo hacer el proximo capitulo un poco más largo. Los amo(? voten y comenteeeeeeeeeeen que es gratis

Lo siento.

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