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El gran día llegó, el concierto en aquel bar estaba demasiado cerca, hacían falta unas cuantas horas para que el lugar estuviera repleto de chicas con las hormonas a tope, chicos emocionados por algo de música buena y unos cuantos tragos para olvidar una que otra pena, aunque ese no sería el caso de nuestros queridos amigos Eren, Mikasa, Armin, Levi e Isabel, los cuales andaban de aquí para allá en el edificio que compartían el cantante y su pequeño amado. Levi estaba estresado, aunque no lo pareciera tenia ciertos tics que le molestaban a Mikasa: tiende a rascarse demasiado la piel, ya sea el cuello, brazos o su torso, la ansiedad era enorme pero en esos momentos no deseaba recaer en el cigarrillo o alcohol. Se levantó del sofá y antes que pudieran detenerlo, fue a encerrarse en su habitación. La chica asiática no quiso seguirlo, además de que no haría preocupar a los demás innecesariamente.

— ¿Cómo es que puede estar tan tranquilo? Será un gran "concierto" y esta como si nada— Vaya que Eren no conocía esa faceta de Levi, claro, nadie sabía su lado débil y desconfiado.

—Eren, no todos se expresan de la misma forma— respondió su rubio amigo sentándose frente a él en la mesa de la cocina— Sabes bien que es muy frio, no va a andar diciéndonos que está nervioso o que quiere matar a medio mundo— rio levemente.

—Además de que no solo es el, Hanji y Mike también van a estar con él en el escenario— entró Mikasa con un vestuario en manos y fue hasta donde sus dos amados amigos— ¿Es que acaso te importa solo el enano?

Jaeger sintió la sangre subirle a la cara, poniéndose totalmente rojo, cosa que le hizo gracia a los dos contrarios.

—Tch, no es eso, ¿Qué no puedo preguntar? — intentó parecer alguien rudo y de cuidar, pero su sonrojo y tono de voz lo delataron.

—No es eso, pero como tú desees— Armin no pudo evitar reír por los actos tan torpes que su castaño amigo estaba haciendo: intentaba encender su móvil con el botón de volumen y por obvias razones, no se encendió.

— ¡Estúpido celular! — dejó de lado el celular y suspiró frustrado. Ambos chicos sabían bien que sucedía con Eren, era bastante raro que estuviera distraído de esa manera, que se portara distante y sus respuestas fueran muy cortantes.

—Si tanto tienes curiosidad, ve a preguntarle— sugirió Mikasa, sin ninguna expresión en su rostro, aunque por dentro estaba muerta de risa y emoción que no quería mostrar por el momento. Al castaño le bastaron solo unos minutos para ponerse de pie e ir tras el azabache que podría asesinarlo si entraba a su habitación, ¿Qué más da?

Tocó 3 veces, una expresión de que estaba pidiendo permiso para pasar, solo recibió un simple "adelante"; entró sin vacilar y vaya sorpresa que se llevó. Levi estaba en el borde de su cama, sus manos cubrían su pálido rostro mientras que algunos mechones de su azabache cabello caían sobre este, efectivamente estaba nervioso y no quería mostrarlo a nadie.

—Mikasa por favor no vengas a joder...— levantó la vista y al ver a Eren, su cordura explotó.

—Si no quieres que moleste...

—No, quédate mocoso— ordenó con potencia el mayor— ven acá.

Acató la orden sin decir nada, de hecho no quería hablar para nada, era la primera vez que estaba dentro de un espacio personal Ackerman además de su hermana. Nunca se había percatado de lo cómoda y ordenada que estaba la habitación Levi: las paredes blancas con un par de cuadros de algunas bellas ciudades adornando estos, un escritorio bastante amplio donde yacían papeles perfectamente apilados, bolígrafos y algunas otras cosas. Además de que cerca del escritorio estaba una estantería con algunos libros y fotos, fotos que después vería Eren cuando Levi se descuidara; la cama como era obvio, era individual cubierta con mantas blancas con negro sencillas para no llamar tanto la atención.

Al castaño no le quedo de otra más que sentarse a su lado y hablar.

— ¿Nervioso?— genial, la cagó.

—Mocoso creo que no tienes una mejor definición para lo que siento en estos momentos, pero si...— Eren le dio una mirada fugaz y se quedó paralizado un momento, pero reaccionó enseguida. Se levantó para buscar un botiquín o algo para limpiarle los brazos a Levi— ¿Qué demonios buscas?

—Y todavía preguntas, agh, tienes todo menos un jodido botiquín— entró al baño y buscó de nuevo hasta que lo encontró por fin. Tomó lo necesario y fue a ponerse de cuclillas frente a Levi para pedirle que estirara sus brazos.

—Jaeger estoy bien, por favor no hagas nada.

—Extiende los putos brazos— ordenó como si fuera el azabache, lo desconcertó de momento pero no le quedó de otra más que cooperar. Sus brazos estaban heridos, Levi llevaba un buen rato haciéndose daño por los nervios que sin darse cuenta, estaba sangrando; con todo el cuidado del mundo, Eren comenzó a limpiar cada herida o intento de la misma con una gasa con alcohol y debido al incomodo silencio, casi podía escuchar los quejidos reprimidos del mayor.

Pero este solo intentaba mantearse cuerdo y no hacer ninguna estupidez, ver al menor de esa forma se le hizo una escena jamás antes vista, tan tierno pero a la vez tan fuerte, tan maduro, y luego estaba el, siendo curado por un mocoso que apenas mantenía a flote sus notas. De alguna manera u otra, pudo controlarse y no parecer una adolescente frente a él, en cuanto Eren terminó de limpiar, apartó los brazos.

—Ya estoy bien, no es nada— no se la tragó.

—Si claro, y yo soy útil el algo— giró los ojos algo molesto— Mira, Levi, no voy a dejar que te presentes de esa manera, ¿comprendes? — Los ojos de Jaeger buscaron con necesidad los de Levi y en cuanto se encontraron, hicieron una profunda conexión, ambos iris brillaron con intensidad, con fuego de por medio, el tiempo dejo de existir entre ambos y en unos cuantos segundos ambos estaban trasmitiendo mensajes de necesidad y desespero. Era obvio, ambos querían estar más cerca, deseaban cortar la distancia y deshacer las malditas dudas que acrecentaban en su corazón día a día. Eren dio el primer pasó: colocó su mano sobre la mejilla de Levi en esperanza que este lo apartara y así se retirara, mas no pasó. El mayor inhaló profundamente en busca de mucho más oxígeno, el cual Eren se lo estaba quitando con un roce, por fin sintió su piel: cálida, dulce, venenosa.

Al no presentar ninguna queja, Jaeger lo atrajo hacia él, cumpliendo con sus deseos de cortar la bendita distancia que solo era una molestia para ambos. Juntaron frentes sin decir nada, sin quejarse ni mover un musculo; Eren cerró los ojos y retuvo la respiración unos cuantos segundos. Levi lo miró su acción, sonrojado, apenado y todo eso, quería besarlo, quería que este por fin se enterara que lo necesitaba tanto como a una droga, y ahí estaba su dulce droga, tan vulnerable y de alguna manera, deseable.

—Levi...— articuló antes de que estos pudieran juntar sus labios... Mala suerte.

La puerta se abrió de golpe y el azabache fue el primero en actuar, apartando a Eren algo lejos de él.

—No sé qué interrumpo— Por un momento, Levi odio a Mikasa con todo su corazón— pero es hora de irnos...

|||JAJAJAJA pensaba hacer esto más largo pero muero de sueño, y si, hoy quise regalarles dos capítulos antes de que me desaparezca un buen rato xD comenten y voten que es gratis. Gracias y sarange.

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