- Cap. 3 -

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La tarde a Diego se le estaba haciendo eterna. Aburrido, con su guitarra al hombro, paseaba por los alrededores de la residencia sin saber bien a dónde ir. Por un lado le encantaría recorrer la ciudad pero le daba reparo hacerlo solo ya que tenía cierto temor a perderse, quizás podría utilizar el teléfono como guía pero sin wifi no tenía acceso a internet, a si es que caminó buscando un banco que estuviera vacío para tocar un poco la guitarra y relajarse, pero cambió de idea al encontrar a alguien conocido.

Diego: hola -se sienta a su lado-.

Fran: hola -esboza media sonrisa-.

Diego: ¿molesto?

Fran: no, para nada, solo...pensaba.

Diego: ¿y puedo saber en qué? Porque por tu cara diría que es algo triste.

Fran: gracias pero prefiero no hablarlo.

Diego: como quieras, pero si necesitas desahogarte puedes contar conmigo -agarra su mano de forma cariñosa-.

Fran: gracias -mira su mano y seguidamente a él con una amplia sonrisa- ¿y eso? -mira la guitarra-.

Diego: me aburría en la residencia y quería hacer algo que me entretuviera -se encoge de hombros- en realidad quería salir a recorrer la ciudad pero me da cierto reparo el perderme -ríe un poco avergonzado- a si es que recurrí al plan b.

Fran: bueno pues si aun querés recorrer la ciudad yo puedo hacer de guía.

Diego: ¿segura?

Fran: sí claro, me vendrá bien tomar un poco de aire.

Diego: está bien, entonces vamos.

Los dos se levantan del banco y caminan por la ciudad recorriendo algunas calles emblemáticas y parques.

Diego: guau, esto es genial, me recuerda al parque del retiro.

Fran: ¿al parque del qué?

Diego: el parque del retiro, es un parque enorme que hay en Madrid y también tiene un lago con barcas -se le ilumina la cara al ver a la gente pasear en las barcas- ¿vamos?

Fran: ¿a dónde?

Diego: ¡a navegar!

Fran: ¿ahora? ¡no! mejor otro día, venimos más temprano...

Diego: ¡por fa! Te prometo que solo remaré yo -hace pucheros lo que provoca que Fran ceda sin poder evitar reír-.

Fran: ok, ok, está bien, vamos.

Diego: ¡gracias! -feliz le da un beso en la mejilla y agarra su mano para tirar de ella e ir a paso rápido hasta donde se alquilan las barcas-.

Fran: ¿por qué estás tan contento? -pregunta divertida al ver la cara de niño pequeño con regalos nuevos que tiene Diego-.

Diego: porque esto me hace sentir como en casa -responde dejando de remar-.

Fran: ¿por qué no me cuentas algo de ti?

Diego: ¿algo como qué?

Fran: no sé...de tu vida en España, o por qué decidiste dedicarte a la música...

Diego: bueno, decidí dedicarme a la música porque es lo que más me gusta, cuando era pequeño me regalaron una guitarra de juguete y ahí empecé a hacer ruido.

Otro día másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora