La otra familia llego cinco minutos tarde y el tren salió cinco minutos tarde también. En la otra familia iban un niño de la misma edad, o un año menos, que Prim y una niña más o menos de unos cuatro años, pero solo iba el padre.
En el tren había gente que nos serbia lo que queríamos. Yo no pedí nada, pero me pareció raro que no nos dijeran nada. La otra familia nos preguntó si mi padre tenía que trabajar en las minas. Nosotras le dijimos que estaba muerto. Ellos nos dijeron que la madre estaba embarazada y que por eso no podía venir.
El tren llego media hora más tarde de lo previsto así que cuando llegamos eran las siete y treinta-y-cinco. El tsunami por lo visto solo destruyo medio Distrito y todo era muy bonito en la parte que no estaba destrozada. Había algunos árboles, en total había unos treinta árboles en la parte no destrozada y en la parte destrozada había solo cinco que aún estaban vivos.
Cuando llegamos a la plaza para decirle al alcalde que habíamos venido a ayudar a sus habitantes, nos dimos cuenta de que la plaza estaba en el medio de la ciudad, ya que media plaza estaba destrozada y la otra media no. El alcalde nos llevó a la aldea de los vencedores para dejarnos una casa. Allí habían más casas que no en nuestro Distrito que solo hay 12.
Nuestra casa era enorme. En la cocina ya había comida, las camas estaban hechas. Todo para que pudiéramos entrar a vivir. La televisión era mucho más grande que la de nuestra casa. Me pregunto si todas las casas de este Distrito son iguales.
Comimos lo que trajimos nosotras ya que es lo que primero se pudriría. Nos fuimos a dormir bastante pronto ya que estábamos muy cansadas con lo rápido que ha pasado el día. Prim y yo teníamos una habitación diferente. En la puerta ponía el nombre de cada una para que supiéramos cual era nuestra habitación. No le encuentro mucho sentido ya que no veo la diferencia de dormir en una habitación u otra.
Cuando era la hora de levantarse, no quería hacerlo. La cama era muy cómoda y no quería ir a clase con gente que no conozco de nada. Mi madre ya nos ha dicho, a Prim y a mí, que no pasa nada, que haríamos amigos rápido.
Para llevarnos al colegio vino el alcalde para llevar a todos los hijos de las familias al colegio y después a los padres para que ayudaran a arreglar el Distrito.
El colegio era mucho más grande que el nuestro y había más gente. En mi clase todos pasaron de mí como si fuera una mosca que se había sentado en un asiento. A Prim no le paso eso ya que al salir del colegio estaba con una chica de su edad. De camino a casa fuimos con ella. Por lo visto era la nieta de una de las vencedoras, creo que había dicho que su abuela se llamaba Mags. En la aldea estaban todos los vencedores fuera de su casa hablando. La nueva amiga de Prim se fue corriendo hacia su abuela.
-Se llama Paula.- dijo Prim mirándola.- me ha dicho que su abuela fue mentora del famoso Finnick. ¿Sabes quién es?-dijo Prim mirándome.
-¿Ese chico que gano los juegos con catorce años?- le pregunte a Prim. Ella asintió.- sí que se quién es. Es ese chico que está hablando con esa chica.
Paula nos hizo una señal para que fuéramos con ella.
-Esta es Prim y su hermana Katniss.- le dijo a su abuela.- son del distrito doce. Han venido a ayudar por lo del tsunami.
Prim y yo nos presentamos con más detalle. Después vino el tal Finnick con una niña, también de la edad de Prim, a la espalda.
-Mags, Jack quiere hablar contigo sobre el tema del tsunami.- dijo Finnick bajándose de la espalda a la chica que llevaba.
-Vale.- respondió Mags mientras Paula le decía una cosa a la oreja a la chica que iba con Finnick.
-Hola, ¿Quiénes sois?- pregunto Finnick dándonos la mano a Prim y a mí.
-Soy Katniss y esta es mi hermana Prim.- dije yo pero Paula me interrumpió.
-Son del Distrito 12. Han venido a ayudar con lo del tsunami.- dijo- Ya lo he dicho nueve veces. Una más y me tendrás que dar que dar algo.-le dijo a la chica que llevaba a Finnick.
-¿En serio que le vas a dar algo por decir una cosa diez veces?- pregunto Finnick.
-Si- respondieron las dos a la vez.
-¿Cómo te llamas?- le pregunta a la chica que iba con Finnick.
-Selena, es mi hermana pequeña.- respondió Finnick.
Me parecía bastante raro que fueran hermanos ya que se llevan más de diez años de diferencia.
Después de un rato hablando con Finnick de nuestra vida en nuestro Distrito, averigüé que casi la mitad de los vencedores murieron en ese tsunami y que iban a hacer un discurso sobre su muerte. Por eso se reúnen aquí los once vencedores que quedan. En nuestro Distrito solo queda uno.