Nunca Fui Tan Feliz

Capítulo 11

-bien ¿a dónde vamos? -pregunto con curiosidad

-te haré un electrocardiograma para saber como está tu corazón
¿cómo te sientes?

-bastante agotada ¿sabes? Como si hubiese echo mucho ejercicio, siento mi corazón un poco acelerado y un poco de ardor fuera de eso me siento mejor que cuando me atacó ese terrible dolor 

-es normal que te sientas agotada y que sientas ardor en tu pecho, por ahora tu corazón está un poco resentido pero con el paso de los días irás sintiéndote mejor

-no puedo estar aquí demasiado tiempo, necesito trabajar, salir y estar cómoda en casa ¿cuándo podré irme?

-no pienses que será tan pronto, aún hay que ver los resultados de los análisis que se te hagan para poder decidirlo, además no podrás trabajar cuando salgas de aquí, tienes que tomarte unos días de reposo querida, un infarto no es algo de lo que puedas recuperarte en un día o dos

-por favor no me dejes tanto tiempo aquí Gabriel, necesito ir a casa aquí me siento intranquila -hago una cara de desesperación 

-eso no lo decido yo, los días y  tu corazón dirán que hacer ¿sabes? Esto es algo así como la frase inspiradora que dice  "La respuesta está en tu corazón" -suelta una risa

-con la única y diminuta diferencia que a mí no me inspira, me asusta -contesto riendo

-pues ya no te asustes, estarás muy bien ya verás solo da un poco de tiempo  -toma mi mano sonriente

-eso espero, en realidad es lo que quiero

-Esto tomará solo unos minutos no te preocupes Samantha

Los médicos dicen cosas que no entiendo, solo pienso "hablen en mi idioma porfavor" para poder entenderles. Cuando ya han hecho lo necesario y han hablado de mi caso Gabriel se acerca a mí, viéndome fijamente a los ojos dice

-hora de irnos -dice con una mirada seria

-¿puedo saber como estoy ahora? -digo viéndolo a los ojos

-No querida tendremos que esperar unas horas para conocer los resultados. No comas ansias

Al escuchar eso causa una risa en mí pienso que tiene razón debo ser más paciente cuando se trata de estas cosas pero aveces cuesta mucho trabajo serlo

Cierro los ojos mientras el avanza con mi camilla hasta la habitación que me corresponde

-deberías dormir un poco si te sientes agotada -dice Gabriel

-creo que lo intentaré -digo sin abrir mis ojos

-bien creo que alguien aún está aquí esperándote -dice un poco callado

Abro mis ojos y veo a Javier sentado en una banca, al percatarse que es a mi a quien Gabriel lleva en la camilla se pone de pie y veo una sonrisa de mejilla a mejilla en su rostro. Gabriel acomoda mi camilla en el lugar y todos los aparatos

-bien linda en cuanto tenga los resultados vendré para que los conozcas, mientras deberías descansar -toma mi mano

-me parece muy bien -respondo con media sonrisa

-puedes pedir que venga si necesitas algo, de igual forma estaré viniendo y también las enfermeras estarán al tanto para asegurarnos que todo va  bien 

-gracias por la atención -quito mi mano de la suya y el camina hacia la puerta dónde Javier está parado

-cuida de mi paciente favorita -le dice a Javier mientras palmea su hombro

-descuida, lo haré -responde Javier con media sonrisa, sin moverse de su posición inclinada contra la pared y de brazos cruzados

Cuando el doctor se ha marchado Javier se acerca a mí con una sonrisa y una mirada tierna

-Pensé que ya te habías ido -le digo

-dije que estaría aquí y ya ves que cumplo -responde

-gracias Javier -bajo mi vista

-¿porqué?  -pregunta

-por estar conmigo, no sabes lo mucho que significa para mí

-descuida no es nada, quiero apoyarte.
Te ves muy cansada ¿quieres que salga para que duermas?

-no es necesario, cuando tú decidas irte yo podré descansar

-no, nada de eso iré a comprar algo de  tomar y saldré un rato mientras tú descansas un poco. Volveré en unos minutos 

-¿porqué quieres quedarte? Pienso que sería mejor que vayas a tu casa y estés ahí tranquilo

-nada de eso, quiero acompañarte un buen rato así es que mientras tú descansas yo iré a comer algo ¿te parece?

-bien pero luego de eso te vas a tu casa

-no me corras porfavor

-para nada sabes que no es eso, pero no debes molestarte

-pues si quiero hacerlo y no insistas tanto que de igual forma no me iré tan rápido

-bueno ya que veo las cosas tan complicadas pues no insisto, ve a comer algo pero no te pierdas en el camino -digo en broma

-no lo creo -ríe

-deberías de ir a casa -insisto 

-cuanta insistencia Sam, dije que me quedaré

-¿Sam? -digo sorprendida

-¿acaso te molesta que te llame así?

-no, para nada es solo que me tomaste por sorpresa, es raro que me llames así

-pues tendrás que acostumbrarte trata de descansar -me guiña un ojo mientras se aleja de la habitación

Al salir Javier del cuarto mi celular comienza a timbrar y cuando veo a mi pantalla mi corazón se acelera, no sé si sea de nervios, de enfado o simplemente sea por el infarto que sufrí. La duda de qué es lo que quiere inventar está vez me consume pero aún así decido no contestar esa llamada.

Unos minutos después un mensaje entra a mi buzón

-Hola Samantha las cosas no terminaron bien las última vez, creo que te debo una disculpa por la forma en la que actúe contigo, espero que puedas comprender que en ese momento no sabia lo que hacía ni como lo hacía. Quisiera que me dieras la oportunidad de verte y poder aclarar algunas cosas que sé que aún no entiendes bien

No se si llorar de coraje o reír de ver cuanta hipocresía puede haber dentro de él

-vaya, vaya Samantha solo falta que tu mejor amiga deje un buzón también para decir que no pensaba mientras besaba a tu novio - suelto una risa sarcástica. Me encantaría estar fuera para golpearlos, por suerte estoy aquí si no los mataría a golpes por traidores.

Mis ojos pesan de cansancio y poco a poco sin darme cuenta voy envolviéndome en un profundo sueño